El enviado Staffan de Mistura manifestó su preocupación debido a que grupos armados están impidiendo que 23 autobuses y conductores sirios que participaron en recientes evacuaciones salieran de las aldeas de Foua y Kefraya, y pidió que se les permita salir.
"Estos no son funcionarios de la ONU, son autobuses sirios con choferes sirios", comentó de Mistura a periodistas en Ginebra después de una reunión semanal del grupo de trabajo humanitario.
El cese al fuego mediado por Rusia y Turquía el mes pasado se mantenía en su mayor parte, sostuvo. Sin embargo, aún se registraban enfrentamientos en dos aldeas en el valle de Wadi Barada, el lugar donde están emplazadas instalaciones para el bombeo de agua que abastecen a más de 5 millones de personas en Damasco.
Ingenieros hidráulicos están listos para reparar la instalación dañada, si las condiciones de seguridad lo permiten, sostuvo, aunque dos intentos para hacer eso habían sido bloqueados por grupos armados.
"Actividades militares en esa área también significan que existe la posibilidad de nuevos daños a bombas de aguas y al suministro de agua", advirtió.