Antes de asumir la presidencia, Trump amenazó con revisar la frágil distensión de las relaciones con La Habana, iniciada hace dos años bao el mandato de Barack Obama, a menos que Washington pueda llegar a un "mejor acuerdo".
"Cuba y los Estados Unidos pueden cooperar y convivir civilizadamente, respetando las diferencias y promoviendo todo aquello que beneficie ambos países y pueblos, pero no debe esperarse que para ello Cuba realice concesiones inherentes a su soberanía e independencia", dijo Castro en un discurso en una cumbre regional en Bávaro, en Republica Dominicana.
Fue la primera reacción del Gobierno comunista luego de la toma de posesión del republicano en la Casa Blanca.
Trump ha señalado que puede revertir las decisiones de Obama, aunque no ha ofrecido detalles. Cuba ha evitado criticar al magnate desde que asumió la presidencia la semana pasada.
Ante varios presidentes reunidos en la Cumbre de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (Celac), Castro dijo que espera que Estados Unidos respete a la región "aunque es preocupante que haya declarado intenciones que ponen en riesgo nuestros intereses en las esferas del comercio, el empleo, la migración y el medio ambiente".
Castro, quien reemplazó en la presidencia en 2006 a su fallecido hermano Fidel, dijo quequiere seguir normalizando las relaciones con Washington, "negociando los asuntos bilaterales pendientes (...) sobre la base de la igualdad, la reciprocidad y el respeto a la soberanía y la independencia".