Esa proyectada tubería de 1.900 km, 1.400 de ellos en Estados Unidos, había sido cancelada por el expresidente Barack Obama pero, este martes, su sucesor Donald Trump la revivió.
TransCanada dijo en una nota que presentó "un pedido de permiso presidencial al Departamento de Estado de Estados Unidos para la aprobación del oleoducto Keystone XL".
Siete años después del primer pedido, Obama rehusó en noviembre de 2015 concederle a TransCanada el permiso presidencial necesario para iniciar los trabajos. Obama alegó que el proyecto "no era del interés nacional de Estados Unidos".
"El oleoducto no haría bajar el precio de los combustibles para los consumidores estadounidenses", dijo entonces Obama, quien también alegó que la obra tampoco "refuerza la seguridad energética de Estados Unidos".
TransCanada respondió en enero de 2016 en los tribunales de Estados Unidos con una demanda de 15.000 millones de dólares por daños y perjuicios.