convencionales en volumen, un incremento del 7,7% con respecto al periodo 2007-2011, según el Instituto Internacional de Investigación para la Paz de Estocolmo (Sipri).
La participación de Asia y Oceanía en las importaciones internacionales era levemente superior (44%) entre 2007 y 2011. La de los países de Oriente Próximo y de las monarquías del Golfo pasó de un 17% a un 29%, muy por delante de Europa (11%, -7 puntos), el continente americano (8,6%, -2,4 puntos) y África (8,1%, -1,3 puntos).
"A lo largo de los últimos cinco años, la mayoría de los Estados de Oriente Próximo se giraron hacia Estados Unidos y Europa en su búsqueda por acelerar capacidades militares avanzadas", analiza Pieter Wezeman, investigador en el Sipri.
"Pese a los bajos precios del petróleo, los países de la región han seguido encargando más armas en 2016, que consideran instrumentos esenciales para enfrentar los conflictos y las tensiones regionales", considera Wezeman.
"La venta de armas entre 2012 y 2016 alcanzó su mayor volumen en comparación con cualquier periodo de cinco años desde el final de la Guerra Fría", según el comunicado del Sipri.
Arabia Saudita fue el segundo importador de armas en el mundo en este periodo (+212%), detrás de India que, al contrario que China, no cuenta todavía con una producción a nivel nacional.
En cuanto a las exportaciones, Estados Unidos se mantiene en el primer puesto del podio con un 33% de cuota de mercado (+3 puntos), por delante de Rusia (23%, -1 punto), China (6,2%, +2,4 puntos) y Francia (6,0%, -0,9 puntos) que adelanta a Alemania (5,6%, -3,8 puntos). Estos cincos países representan cerca del 75% de las exportaciones mundiales de armamento pesado.
Estados Unidos y Francia son los principales proveedores de Oriente Próximo, mientras que Rusia y China venden en primer lugar a Asia.