separatistas en Ucrania.
"Es un gran honor estar con el presidente, Petro Poroshenko", declaró el presidente estadounidense desde el Salón Oval, en presencia de este último y del vicepresidente Mike Pence.
"Hemos tenido un muy buen diálogo", señaló, cuando faltan unos pocas semanas para la cumbre del G20 en Hamburgo, Alemania, durante la cual podría encontrarse por primera vez con su homólogo ruso, Vladimir Putin.
Ucrania padece desde 2014 un conflicto armado entre separatistas pro-rusos en el este del país y las fuerzas de Kiev, que ha dejado más de 10.000 muertos. Estados Unidos y sus aliados europeos, que impusieron sanciones a Rusia, reclaman la aplicación de los acuerdos de paz de Minsk, firmados en 2015 y que tenían el propósito de instaurar una tregua.
Porochenko, quien insistió en que Estados Unidos es un "aliado" de Ucrania, logró con este encuentro un éxito diplomático: el Ejecutivo estadounidense había anunciado inicialmente solo una reunión con el vicepresidente Mike Pence.
Según el presidente ucraniano, la discusión incluyó la cooperación militar entre los dos países.
En la tarde, Porochenko se reunió también con el secretario de Defensa, Jim Mattis. "Estados Unidos está con ustedes, los apoyamos ante las amenazas a su soberanía, al derecho internacional o al orden internacional", le dijo Mattis.
Las nuevas sanciones anunciadas por Washington afectan a 38 individuos y entidades en Ucrania, así como a dos altos funcionarios rusos y a una docena de individuos y organizaciones que operan en Crimea. Tienen el propósito de "mantener la presión sobre Rusia y encontrar una solución diplomática", explicó el secretario del Tesoro, Steven Mnuchin.
"Hasta que estén fuera de Ucrania oriental vamos a seguir teniendo sanciones contra Rusia", agregó más tarde Sean Spicer, secretario de prensa de la Casa Blanca.
Rusia reaccionó inmediatamente a esos anuncios y prometió medidas de represalia.
Criticando "la política destructiva de Washington", el viceministro ruso de Relaciones Exteriores, Serguei Riabkov, citado por la agencia RIA Novosti, aseguró que esas sanciones no tendrán "ningún impacto negativo" en el país.
Por su parte, el ministro ruso de Relaciones Exteriores, Serguei Lavrov, denunció las medidas. "Sólo puedo expresar mi pesar por la obsesión rusófoba de nuestros colegas", dijo Lavrov.