En una rueda de prensa en el Congreso, los demócratas unieron filas en defensa de los miles de jóvenes indocumentados que pudieron frenar su deportación y obtener un permiso de trabajo gracias al plan de Acción Diferida para los Llegados en la Infancia (DACA), proclamado en 2012 por el entonces presidente Barack Obama.
El líder de la minoría demócrata en el Senado, Charles Schumer, urgió a los republicanos a aprobar este mismo mes de septiembre una ley para regularizar la situación de los "soñadores".
Schumer pidió a los republicanos que aprueben cuanto antes un proyecto conocido como "Dream Act" (Ley del Sueño), una iniciativa que fue presentada por primera vez en el Senado en 2001 y que permitiría a los "soñadores" obtener la residencia permanente y, posteriormente, la ciudadanía estadounidense.
Mientras que los demócratas hacían gala de unidad, el Partido Republicano se encuentra dividido entre una minoría de legisladores moderados, favorables a una solución similar al "Dream Act", y una mayoría más conservadora y opuesta a regularizar la situación de cualquier inmigrantes indocumentado.
Ese movimiento mayoritario, liderado por el propio Trump, quiere incluir en la ley que debe ser aprobada en seis meses fondos para aumentar los agentes de la patrulla fronteriza y para financiar la construcción del muro entre México y Estados Unidos, una idea a la que se oponen frontalmente los demócratas.
El republicano Paul Ryan, presidente de la Cámara Baja, se posicionó en una rueda de prensa a favor de esa idea y urgió a los legisladores a aprobar una ley que permita reforzar la seguridad fronteriza y, al mismo tiempo, resolver el "dilema" de los "soñadores".
Las irreconciliables posiciones de demócratas y republicanos mostraron lo difícil que es, en un plazo de seis meses, encontrar una solución a la situación de los "soñadores".