“Si Estados Unidos decide contradecir sus compromisos internacionales y su política exterior histórica al reconocer a Jerusalén como la capital de Israel, no solo va a promover la anarquía internacional y la falta de respeto por las instituciones y leyes mundiales”, indicó ante las versiones del inminente reconocimiento.
Funcionarios estadunidenses revelaron que el presidente Donald Trump podría reconocer esta semana a Jerusalén como la capital de Israel, como una forma de compensar su probable decisión de retrasar su promesa de campaña de trasladar allí la embajada de Estados Unidos. En un comunicado, el principal negociador palestino en el conflicto palestino-israelí dijo que de reconocer a Jerusalén como capital israelí, Estados Unidos también se “descalificará a sí mismo para desempeñar un papel en cualquier iniciativa para una paz justa y duradera”. Esa decisión, agregó Erekat, contribuirá a una mayor desestabilización de la región y desalentará a muchos de los que aún creen que se puede alcanzar una solución pacífica para poner fin a más de 50 años de ocupación israelí, 70 años de exilio y décadas de violaciones sistemáticas de los derechos nacionales y humanos palestinos.
Explicó que el presidente palestino Mahmoud Abbas ha estado en contacto con varios líderes mundiales para evaluar la situación y alentarlos a “tomar medidas para no permitir que esas iniciativas se materialicen en una nueva realidad política”. “El liderazgo palestino se va a reunir pronto para aprobar los pasos necesarios en caso de que se realice un anuncio", dijo Erekat, según un reporte de la agencia palestina de noticias WAFA.
Jerusalén, agregó, es el corazón social, político, cultural, religioso y económico de Palestina, pero también es el corazón de miles de millones de creyentes de las tres religiones monoteístas, incluidos cientos de millones de árabes cristianos y musulmanes. “Es, por lo tanto, el corazón del mundo árabe. Es un símbolo significativo de nuestra región y su destino es clave para cualquier esfuerzo que conduzca a una región pacífica y estable", dijo el secretario general de la OLP, representante legítima del pueblo palestino. Recordó que cuando en 1988 la OLP tomó la dolorosa e histórica decisión de reconocer la frontera de 1967 como la del Estado de Palestina, lo hizo entendiendo que esto sería un paso hacia la paz. “Al mismo tiempo, la OLP estaba segura de que no habría un estado palestino sin Jerusalén Este como su capital. Este paso fue tomado de acuerdo con el derecho internacional y las resoluciones del Consejo de Seguridad de la ONU que claramente establecen que Jerusalén no es la capital de Israel y que su anexión es ilegal”, indicó. En una reunión con un grupo de legisladores árabes, el presidente palestino consideró la víspera que el reconocimiento estadunidense de Jerusalén como la capital de Israel pondrá en peligro los nacientes esfuerzos de paz de Medio Oriente de la Casa Blanca. "Cualquier paso estadunidense relacionado con el reconocimiento de Jerusalén como capital de Israel o el traslado de la embajada de Estados Unidos a Jerusalén representa una amenaza para el futuro del proceso de paz y es inaceptable para los palestinos, árabes y el mundo", dijo Abbas. En este marco, el ministro palestino de Relaciones Exteriores, Riad al-Maliki, convocó este domingo a la Liga Árabe y la Organización de Cooperación Islámica (OCI) a una reunión urgente para discutir el tema. El diplomático palestino, quien conversó por teléfono con el jefe de la LA, Abul-Gheit, y el secretario general de la OCI, Yousef al-Othaimeen, advirtió que esa medida estadunidense "tendría graves consecuencias" y "haría explotar la situación en los territorios palestinos y en la región".