La tormenta se registró la noche del miércoles y en el transcurso de este jueves se rescataron a 272 mineros del eje cuatro y a otros 64 del eje uno, pero aún 955 trabajadores están bajo tierra, precisó James Wellstad, portavoz de la empresa que opera la mina en la localidad de Welkom, norte del país.
La falta de electricidad impidió el funcionamiento de los ascensores de la mina, por lo que los trabajadores del turno nocturno no pudieron salir a la superficie la mañana de este jueves, indicó y explicó que la violenta tormenta dañó dos líneas eléctricas de Eskom que suministran a la mina.
“Han estado atrapados por bastante tiempo y están fatigados, pero se encuentran en un área ventilada y tienen acceso a alimentos y agua”, afirmó el vocero esta tarde y tras asegurar que no se han reportado heridos, descartó cualquier peligro por el momento.
Destacó que “estamos en contacto constante con ellos” y Eskom está trabajando sin cesar para restablecer la energía en el eje tres donde permanecen atrapados los 955 mineros.
Por la mañana, el presidente de la Asociación de Trabajadores de la Minería y la Construcción (AMCU, por sus siglas en inglés), Joseph Mathunjwa, sugirió que la administración de la mina debería “movilizar todos los recursos” para rescatar a los trabajadores lo antes posible.
“La minería es muy insegura, y los mineros arriesgan su vida y sus extremidades a diario para llevar alimentos a la mesa para sus familias. AMCU hace un llamado a la gerencia de Sibanye-Stillwater para que intensifique sus esfuerzos de rescate para que puedan volver a la superficie lo más pronto posible”, sostuvo.
Se espera que el ministro sudafricano de Recursos Minerales, Mosebenzi Zwane, visite la mina mañana viernes para recibir un informe detallado de la situación por parte de los inspectores del gobierno que ya están presentes en el lugar, de acuerdo con reportes del sitio web de noticias News24.
Sudáfrica es un productor líder de oro, pero la industria a menudo ha sido acusada de tener un pobre historial de seguridad.
La mina en cuestión se llama Beatrix y se encuentra en la ciudad de Welkom, a unos 290 kilómetros al suroeste de Johannesburgo. Tiene 23 niveles, bajando a mil metros desde la superficie.