documentales Hot Docs, que concluyó hoy aquí tras proyectar más de 200 filmes.
Entrevistadas por Notimex, las cineastas resaltaron el alto nivel de la producción mexicana de documentales, muchos de ellos hechos por mujeres y aclararon que no se trata de una cuestión de género.
“El poder del cine hecho por mujeres está teniendo un lugar especial y no es una cuestión de cuota de género sino por los temas y la manera de contar las historias que el cine de ficción no está abordando”, dijo Luciana Kaplan, quien hace cuatro años presentó “La revolución de los alcatraces” y esta semana explicó a los canadienses lo que la motivó a filmar “Rush Hour”.
Kaplan sostuvo que hay una gran cantidad de producción documental que está muy bien hecha, con temas muy poderosos que están hechos por mujeres porque “las mujeres están agarrando una voz propia con temas muy poderosos”, están hablando de cosas que nadie más está hablando.
“Hay que reconocer que el cine documental mexicano está yendo por varios países del mundo, está ganado premios, está hablando de realidades que pocos hablan bajo un punto de vista que no es amarillista, más bien como reflexivo, se está inventando un nuevo lenguaje”.
La prueba de ello, dijo, es que en este festival Hot Docs, en la sección "Made in México" que presentó seis películas hay cuatro documentales hechos por mujeres y otro más que es co-dirigido por una mujer.
Para Kaplan, el reto ahora para la producción documental es la distribución porque los documentales que salen de México y ganan premios regresan a México y es difícil verlos.
“Quizá se vean una semana en un cine comercial pero debemos permitir que más público las vea para recuperar costos y que se puedan seguir haciendo este tipo de películas con un mejor esquema de distribución”, anotó.
La directora británico-mexicana Trisha Ziff, quien vino a la premier internacional de “Witkin & Witkin”, sobre dos artistas gemelos neoyorquinos, señaló que es un honor haber venido junto a otras documentalistas mexicanas a este festival.
La directora de galardonado documental “El hombre que vio demasiado” destacó la labor de varias documentalistas mexicanas, como Tatiana Huezo, María José Cuevas, Otilia Portillo Padua, y resumió que “las mujeres escuchamos las historias de otros”.
Trisha Ziff, radicada en México desde hace muchos años, afirmó que en México hay cineastas extraordinarios y festivales muy importantes como Ambulante, el de la Ciudad de México, Guadalajara (Jalisco), que celebran la producción documental.
Resaltó que el año pasado el documental que representó a México en los premios Oscar fue “Tempestad”, de Tatiana Huezo.
“Es un privilegio para mí ser parte de la comunidad de documentalistas mexicanas”, añadió la cineasta cuyo próximo proyecto es “Regreso a Oaxacalifornia”, que es la continuidad de su película “Oaxacalifornia” (1995), sobre la vida de una familia originaria de la zona mixteca y que vive en Fresno, California.
Por su parte, la joven cineasta Sandra Luz López Barroso, directora de “Artemio”, quien vino por primera vez a este festival, afirmó que el cine documental es algo muy “vital e importante” en México y reconoció los apoyos recibidos.
Su documental, que narra la vida de una madre que es deportada de Estados Unidos, es un proyecto de tesis del Centro de Capacitación Cinematográfica y “me halaga y me honra mucho estar al lado de quienes fueron mis maestros como Luciana Kaplan o Everardo González” (quien presentó en Toronto el año pasado “La libertad del diablo”).
La discípula de Tatiana Huezo y Ernesto Pardo consideró que “el cine documental en México tiene una importancia y relevancia vital porque se están exponiendo historias urgentes para el cine nacional y para la sociedad”.
Otra documentalista mexicana que también estuvo presente en Toronto fue Daniela Rea Gómez, quien presentó “No sucumbió la eternidad”, sobre vida de dos familias de desaparecidos.
“Esperamos que con este documental se pueda entender que la lucha íntima que hacen estas dos mujeres por sobrevivir a la ausencia y a la desaparición de sus familiares es claramente una lucha política”, precisó.
Tras las tres funciones que tuvo su documental en los 11 días del festival, Rea Gómez encontró que los canadienses se identificaron con su historia pues en el país se siguen dando casos de asesinato y desaparición de mujeres indígenas.
“Pareciera ser que el problema de la desaparición se da sólo en algunos países de Latinoamérica o Medio Oriente, pero es triste llegar a Canadá y ver que aquí también hay desaparición de mujeres indígenas”, aclaró la también periodista.
La cineasta mexicana Lindsey Cordero es la codirectora –junto a Armando Croda- de “Ya me voy”, documental que sigue por las calles de Brooklyn al mexicano Felipe de Jesús Hernández Salas, quien lleva 16 años como indocumentado en Estados Unidos y piensa regresar a México.