Apenas conocida la noticia de la defunción de Obando y Bravo, el presidente nicaragüense Daniel Ortega decretó luto nacional de tres días y ordenó izar la bandera nacional como señal de duelo por la muerte del dirigente religioso.
“Los señores obispos de la Conferencia Episcopal de Nicaragua in-forman a los sacerdotes, religiosos, religiosas y el pueblo fiel que peregrina en nuestra Provincia Eclesiástica, el sensible fallecimiento de su Eminencia Cardenal Emérito Miguel Obando y Bravo, quien hoy partió a la casa del padre”, expresó la CEN.
El cardenal Leopoldo Brenes lamentó también el fallecimiento de Obando y Bravo, quien fue su antecesor en la Arquidiócesis de Ma-nagua, y recordó que hace pocos días sostuvo su última conversa-ción telefónica con Obando y Bravo en torno al conflicto político en-tre el gobierno y los estudiantes nicaragüenses.
“Hace pocos días estuvimos platicando por teléfono y él manifesta-ba su apoyo a este servidor como coordinador de la comisión (me-diadora en el diálogo de Nicaragua) y a toda la Conferencia Episco-pal, que asumía este rol de mediación y testigo”, aseguró Brenes tras oficiar una misa.
El mandatario Ortega envió sus condolencias a la CEN por la muerte de Obando y Bravo, a quien el propio jefe de Estado designó como presidente de la Comisión de Paz y Reconciliación en Nicaragua.
Obando y Bravo falleció a las 03:48 horas de este domingo (09:48 GMT), según medios de prensa.
El cardenal, que presidía la Comisión de Verificación, Reconcilia-ción, Paz y Justicia del Gobierno de Nicaragua, fue condecorado ha-ce seis años por Ortega con la orden de la independencia cultural Rubén Darío.
Obando nació el 2 de febrero de 1926 en el municipio de La Libertad, provincia de Chontales, centro del país, de donde también es origi-nario Ortega.
Procedente de una familia campesina, tras realizar sus estudios eclesiásticos fue ordenado sacerdote de la Orden Salesiana el 10 de agosto de 1958 y obispo el 31 de marzo de 1968.
En febrero de 1970 fue elegido arzobispo de Managua y el 25 de ma-yo de 1985 fue ordenado cardenal por el fallecido papa Juan Pablo II, en Roma, convirtiéndose entonces en el único cardenal de Centroa-mérica.
Obando fue una figura controversial durante la dictadura de Anasta-sio Somoza y en el primer régimen sandinista (1979-1990). En el pe-ríodo de la revolución contra Somoza tuvo una posición neutral que fue criticada por el gobierno de la dictadura.
Su papel de mediador contribuyó, durante este período, a la libera-ción de varios dirigentes sandinistas encarcelados por el régimen de Somoza, como fue el caso de Ortega (1974), en el asalto a la vivienda de un ministro, en diciembre de 1974, o en la toma por los sandinis-tas del Palacio Nacional, en agosto de 1978.