Europa en los últimos días, e instó a la comunidad internacional a actuar para que no se repitan.
El Papa hizo referencia a este tema, que mantiene alta la tensión política en Italia luego que el nuevo gobierno decidió cerrar los puertos a las organizaciones que recogen refugiados en el mar, este domingo al final de su bendición.
Asomado a la ventana de su estudio personal en el Palacio Apostólico del Vaticano y ante más de 25 mil personas congregadas en la Plaza de San Pedro, el pontífice pronunció la oración mariana del Angelus.
“Me han llegado en estas últimas semanas dramáticas noticias de naufragios de barcazas cargadas de migrantes en las aguas del Mediterráneo”, dijo al final, hablando en italiano.
Expresó su dolor “ante tales tragedias”, además de asegurar por los desaparecidos y sus familias su recuerdo y su oración.
“Dirijo un sentido llamado para que la comunidad internacional actúe con decisión y rapidez, para evitar que tragedias como esas se repitan, y para garantizar la seguridad, el respeto de los derechos y la dignidad de todos”, añadió.
Antes del Angelus, el líder católico hizo una reflexión y llamó a cada cristiano a asumir la misión de encargarse de los problemas, de los sufrimientos y de las dificultades del prójimo.
Afirmó que Jesús no era “neutro, frío o alejado” y, por eso, quienes lo siguen deberían tener compasión, reaccionar ante la situación difícil de la gente, compartir y estar al servicio.
“Cuando nos alejamos de Jesús y de su amor, nos perdemos y la existencia se transforma en desilusión e insatisfacción. Con Jesús al lado se puede proceder con seguridad, se pueden superar las pruebas, se progresa en el amor hacia Dios y hacia el prójimo”, ponderó.