Brasil Libre (MBL), un grupo civil que en 2016 actuó a favor de destituir a la entonces presidenta Dilma Rousseff.
La empresa estadunidense detalló que desactivó un total de 196 páginas y 87 cuentas en Brasil debido a que participaban de una “red coordinada que se escondía detrás de cuentas falsas y engañaba a la gente”, con temas que tenían el “propósito de sembrar división y difundir desinformación", según la red.
Aunque no se dieron a conocer las identidades de las personas o las páginas desactivadas, el MBL -un grupo civil que surgió de manera espontánea en 2016 en vísperas del juicio político contra Rousseff-, denunció que varios de sus líderes fueron afectados.
“Diversos coordinadores del MBL tuvieron sus cuentas arbitrariamente retiradas de la red por Facebook”, lamentó el MBL.
La decisión de la red social -en el centro de una gran polémica por el uso indebido de datos de sus usuarios en las pasadas elecciones presidenciales de Estados Unidos-, se da a menos de tres meses de los comicios presidenciales en Brasil y ante el temor de varias instituciones que alertaron que uno de los mayores riesgos de la cita electoral serán las “fake news” (noticias falsas).
El Tribunal Superior Electoral (TSE) lleva meses diseñando, junto a los partidos políticos brasileños, un cierto control de las noticias publicadas en páginas web o en redes sociales, con el objetivo de evitar que se propaguen noticias falsas que puedan afectar la credibilidad de los candidatos.
El presidente del TSE, Luiz Fux, quien también es juez de la Corte Suprema, declaró en fecha reciente que las noticias falsas son “la segunda preocupación”, mayor de los comicios, sólo por detrás del caso de Luiz Inacio Lula da Silva que lidera con 30 por ciento la intención del voto, pero que está encarcelado y por ello podría ser inhabilitado.
El pasado 8 de junio, el TSE ordenó a Facebook eliminar en 48 horas información de una página de la red social que difundía falsamente que Marina Silva, candidata ecologista, tercera en las encuestas y quien fuera ministra durante el gobierno de Lula da Silva, había recibido sobornos en el marco de la Operación Lava Jato.