sobre la prohibición de ese tipo de armamento.
En una ceremonia, en la que estuvo presente el secretario general de la Organización de las Naciones Unidas (ONU), Antonio Guterres, el alcalde de la ciudad, Tomihisa Taue, pidió políticas de seguridad que no dependan de la disuasión nuclear.
Instó a Japón para que cumpla su “obligación moral” de dirigir esfuerzos hacia un mundo libre de armas nucleares, en concreto pidió al gobierno del país apoyar un tratado internacional de prohibición nuclear adoptado por la ONU el año pasado y ejecutar su mandato.
La declaración de paz de Nagasaki llama a los líderes mundiales para que no olviden la resolución de la Asamblea General de la ONU que apunta a la eliminación de los arsenales nucleares.
“Para gran preocupación de los que están en las ciudades bombardeadas con armas atómicas, cada vez más aumenta la afirmación abierta de que las armas nucleares son necesarias y su uso podría conducir a un aumento del poder militar”, señala la declaración.
Durante el acto conmemorativo se guardó un momento de silencio en punto de las 11:02 horas locales (02:02 GMT), hora en la cual una bomba atómica de núcleo de plutonio “Fat Man” cayó desde un avión de combate estadunidense B-29 y explotó sobre Nagasaki el 9 de agosto de 1945, durante la Segunda Guerra Mundial.
Esa bomba atómica, que siguió a la que cayó sobre la ciudad de Hiroshima tres días antes, causó la muerte de un estimado de 74 mil personas para finales de ese mismo año.
La ceremonia se produce en medio de expectativas de progreso en la desnuclearización, como la de Corea del Norte, por lo que el alcalde de Nagasaki dijo que las ciudades bombardeadas con armas atómicas tienen grandes esperanzas de una “desnuclearización irreversible”.
Por ello, pidió al gobierno japonés aprovechar la oportunidad de crear una zona libre de armas nucleares en el noreste de Asia, de acuerdo con despachos de la agencia local de noticias Kyodo.
Representantes de 71 países atendieron la ceremonia de este jueves en el Peace Park, de Nagasaki, donde junto a sobrevivientes de las bombas atómicas y otros visitantes nacionales y extranjeros rezaron por una paz duradera.
En el acto, Guterres pronunció un discurso en el cual hizo un llamado a todos los países para que se comprometan con el desarme nuclear y hagan un progreso “visible” con urgencia, ya que los esfuerzos en ese sentido “se han ralentizado e incluso se han detenido”, en referencia al tratado adoptado el año pasado.
El titular de la ONU expresó además su solidaridad con los hibakusha (término japonés que significa persona bombardeada) sobrevivientes a las bombas atómicas de hace 73 años.
A su vez, el primer ministro japonés, Shinzo Abe, afirmó que Japón respalda un mundo libre de armas nucleares y prometió hacer esfuerzos para alcanzar el objetivo, ya que en los últimos años “las diferencias en los enfoques de varios países sobre el desarme se han vuelto evidentes”.
“Japón servirá como intermediario entre las potencias nucleares y los estados no nucleares”, dijo Abe, quien agregó que es esencial comprender con exactitud las trágicas realidades de los bombardeos atómicos y la cooperación de ambas partes.
De acuerdo con el último censo, realizado en marzo pasado, el número de hibakusha es 154 mil 859, todos con una edad promedio de 82 años.