actividades en su mina de Brucutu, en el poblado de São Gonçalo del Río Abajo, estado de Minas Gerais, luego que en febrero pasado suspendió sus operaciones por el rompimiento de un dique en Brumadinho que dejó 200 muertos.
El juez Michel Curi e Silva consideró que "no tiene ningún sentido 'castigar' a Vale, que no es una persona", al grado de poner en riesgo la existencia de la empresa, debido a la "gran cantidad de empleos" y de ingresos fiscales que representa para la economía de Minas Gerais.
Las operaciones de ocho represas de Vale fueron suspendidas en febrero pasado por orden del Tribunal de Justicia de Minas Gerais (TJMG), a solicitud del Ministerio Público del estado, para evitar otra tragedia como la del 25 de enero en Brumadinho, donde murieron unas 200 personas tras el rompimiento de un dique.
Vale precisó que la justicia sólo autorizó reanudar actividades en la represa Laranjeiras y la mina de Brucutu, mientras que continuarán suspendidas las labores en las otras siete instalaciones de la minera.
La mina de Brucutu, inaugurada en 2006, fue destacada como la mayor del mundo en capacidad inicial de producción y llegó a tener más de seis mil trabajadores.
Luego que el gobierno ordenó suspender operaciones, Vale consideró que no había justificación técnica para esa decisión, y estimó que la eventual paralización de la represa Laranjeiras por un año podría causar un impacto de alrededor de 30 millones de toneladas de mineral de hierro.
La Secretaría de Medio Ambiente y Desarrollo Sostenible (Semad) de Minas Gerais, encargada de autorizar la reanudación de las operaciones de Vale, señaló que no ha sido notificada por la justicia sobre el fallo relativo a la mina de Brucutu, emitido la noche del martes, según un reporte de la agencia pública de noticias Brasil.
Vale indicó por su parte que las actividades en Brucutu continuarán suspendidas hasta que la Semad restituya la licencia para operar.