programadas para darse a conocer hace una semana pero cancelado por el incendio de la catedral de Notre Dame, informaron medios locales.
Al inicio de su conferencia de prensa, Macron reconoció que "hay un profundo sentimiento de injusticia fiscal, territorial y social, y es necesario darle una respuesta".
El objetivo del anuncio es tranquilizar a los "chalecos amarillos", que han realizado protestas durante cinco meses, y luego de un debate nacional desarrollado durante dos meses. El dirigente francés reconoció que estas protestas mostraron una gran inconformidad y un sentimiento de "injusticia social" imposible de ignorar.
Entre las medidas anunciadas destacan la disminución en los impuestos para las clases medias, y un ligero aumento de las pensiones. Asimismo una simplificación de las reglas de los referendos para procurar que la ciudadanía se considere más integrada en la democracia.
Sin embargo, Macron no consideró que las reformas que aplicó al llegar al poder hace dos años hayan sido erróneas, por lo que manifestó su intención de continuar algunas de ellas.
Manifestó su inconformidad con algunas de las principales medidas solicitadas por los "chalecos amarillos", como volver a introducir el suspendido impuesto sobre la fortuna (ISF), y decidió rechazarla otra vez, y dijo no creer que la solución sea subir impuestos a los ricos, sino bajarlos a las clases más necesitadas.
Lo importante ahora es saber si estas medidas serán suficientes para tranquilizar la molestia social que ha provocado en el gobierno de Macron en los últimos cinco meses.
El próximo sábado los "chalecos amarillos", tienen programadas nuevas protestas, y la próxima semana será celebrado el tradicional Primero de Mayo, cuando los trabajadores manifiestan sus inconformidades a nivel mundial.