El secretario general de Naciones Unidas, el portugués António Guterres, envió cartas al líder de Rusia, Vladimir Putin, y al presidente de Ucrania, Volodimir Zelenski, para pedirles una reunión en Moscú y Kiev, respectivamente, informó este miércoles (20.04.2022) el portavoz del jefe de la ONU, el francés Stéphane Dujarric.
En esas cartas, Guterres les recuerda que tanto Rusia como Ucrania son miembros fundadores de la ONU y "siempre han dado un apoyo sólido a la organización", pero ahora nos encontramos "en tiempos de gran peligro". El político portugués les dice que quisiera discutir con ellos "pasos urgentes para llevar la paz a Ucrania", pero además "el futuro del multilateralismo basado en la Carta de las Naciones Unidas y la ley internacional".
El papel de la ONU ha sido puesto en entredicho en esta guerra no solo por su incapacidad para frenar el conflicto o su fracaso a la hora de mediar entre las partes, sino también por el hecho de que Rusia ocupe un asiento permanente en el Consejo de Seguridad, único órgano de la ONU con algún poder ejecutivo, pero que se encuentra paralizado por el derecho de veto de Rusia.
Rusia ni siquiera respondió
Con estas cartas, entregadas a las misiones diplomáticas rusa y ucraniana de la ONU, Guterres trata de tomar la iniciativa y relanzar el diálogo para encontrar una solución pacífica a la guerra. Hasta ahora, el portugués ha tenido escasos contactos con el presidente ucraniano, con el que habló por teléfono el 26 de febrero. En tanto Putin se niega a conversar con Guterres desde que éste dijera que Rusia viola la Carta de la ONU al invadir Ucrania.
El martes, António Guterres había denunciado la nueva ofensiva rusa en el este de Ucrania y pidió a las partes que cesen los combates durante una "pausa humanitaria" de cuatro días durante la Pascua ortodoxa, pero solo Ucrania apoyó su propuesta para ayudar así a evacuar a los civiles de las zonas más castigadas por la guerra.
Por el contrario, Rusia no ha hecho sino recrudecer su ofensiva en los frentes de Donetsk, Lugansk y la ciudad asediada de Mariúpol, sin comentar siquiera la propuesta del secretario general de la ONU.