graves abusos y por la destrucción de su identidad y su cultura.
El papa Francisco se disculpó "por el mal cometido por tantos cristianos" en el "catastrófico" sistema de internados de Canadá para niños indígenas.
"Pido perdón, en particular, por la cooperación de muchos miembros de la Iglesia en proyectos de destrucción cultural y asimilación forzada", dijo, dirigiéndose a sobrevivientes y miembros de la comunidad indígena en el sur de Edmonton, en la provincia canadiense de Alberta.
Los líderes indígenas presentes en la reunión con Francisco aceptaron la disculpa, muchos emocionados, pero también dijeron que su gente espera que él tome más medidas para obtener reparaciones.
"Un momento poderoso”
A principios del siglo XIX, el gobierno separó a los niños indígenas a la fuerza de sus familias para llevarlos a instituciones residenciales bajo la administración de la Iglesia Católica.
Allí, los menores debían asimilarse a la sociedad eurocristiana y despojarse de su identidad, cultura e idioma. La última escuela de este tipo cerró en 1998.
En 2015, la Comisión de la Verdad y la Reconciliación de Canadá informó que miles de niños sufrieron abusos físicos, sexuales y emocionales en esas escuelas, dirigidas por la Iglesia y financiadas por el gobierno.
Se cree que miles de niños murieron en condiciones deplorables y fueron enterrados en tumbas anónimas en los terrenos de dichos centros.
El papa inició su visita a un cementerio local, donde había restos de niños indígenas que murieron en internados, y oró en una explanada de un antiguo internado.
"Ser testigo de ese momento para mí fue realmente poderoso”, dijo a DW Brandi Morin, una periodista indígena y nieta de uno de los sobrevivientes.
"Pero es solo el comienzo”
Morin ha pasado muchos años entrevistando y cubriendo las historias de los sobrevivientes. "Este es un gran paso hacia adelante", dijo, "pero es solo el comienzo".
Los pueblos indígenas de Canadá hicieron una lista de demandas hace años, pero la mayoría de ellas siguen sin resolverse.
Llevar a todos los abusadores ante la Justicia es una de esas demandas, dijo Morin. Por ejemplo a Johannes Rivoire, un sacerdote acusado de abusar sexualmente de niños inuit. Ahora vive en Francia, a pesar de la orden de arresto emitida en su contra en Canadá. "Ahora vive cómodamente en un asilo de ancianos administrado por católicos, y Francia no lo extraditará”, lamentó Morin, y agregó que los líderes inuit le pidieron al papa Francisco que los ayude a extraditarlo a Canadá, para que comparezca en un juicio.
Además, está el tema pendiente de la reparación económica de las víctimas y sus familias. La Iglesia Católica, respondiendo a una demanda y a acuerdo históricos, se comprometió a recaudar 25 millones de dólares canadienses en contribuciones en efectivo como compensación, pero hasta la fecha solo se han pagado 1,2 millones.
Los pueblos indígenas también han pedido al Vaticano que rescinda la "Doctrina del Descubrimiento", una serie de decretos emitidos por la Iglesia Católica Apostólica Romana a lo largo del siglo XV, que legitimaba y alentaba la colonización de otras tierras, la subyugación de sus habitantes y la conversión al cristianismo.
"Las comunidades y sus líderes también han pedido que el Vaticano devuelva sus objetos culturales robados, que se encuentran en los museos del Vaticano", dijo Morin. Después de las primeras declaraciones de Francisco, muchos se sintieron decepcionados porque el Sumo Pontífice católico no abordó el tema del abuso sexual, señaló Morin.
Apertura en la Iglesia Católica
"El caso de los internados canadienses es significativo porque reúne casos de abuso espiritual y sexual, genocidio cultural y colonialismo, que antes eran vistos como asuntos separados”, dice a DW Massimo Faggioli, experto en el Vaticano y profesor de Teología en la Universidad de Villanova, Pensilvania. Pero en los últimos años, especialmente desde que Francisco se convirtió en pontífice, la Iglesia ha estado más abierta a revisar críticamente su pasado.
Tanto Morin como Faggioli dicen que la plena reconciliación entre la Iglesia Católica y los pueblos indígenas canadienses llevará años, incluso generaciones. Los nativos canadienses, según Morin, necesitan tiempo para superar su proceso de duelo.