regreso a su país, informó UNICEF.
República Dominicana rechazó la denuncia, formulada el martes cuando el gobierno intensificaba su represión a la inmigración en respuesta al brote de cólera y la violencia pandillera en Haití.
Los dos países comparten la isla de La Española con una frontera de 390 kilómetros (240 millas) entre ellos. La represión ha provocado fuertes críticas de observadores internacionales, que acusan a Santo Domingo de deportaciones masivas, trato racista a los migrantes y encierro de haitianos en instalaciones con malas condiciones.
Entre los que huyen a Dominicana hay niñas y niños, muchos de los cuales son expulsados a través de distintos cruces fronterizos, donde los reciben socios de la UNICEF, según la agencia de la ONU para la infancia.
La información la difundió inicialmente el canal de noticias CNN y fue confirmada por UNICEF, que se negó a hacer mayores declaraciones. No está claro si los niños fueron expulsados sin sus padres, se separaron durante la travesía o huyeron solos de Haití.
El director de la autoridad migratoria dominicana, Venancio Alcántara, rechazó las denuncias y dijo que la agencia aplica normas específicas en caso de los niños y que "los menores están con sus padres en todo momento". "Toda deportación se lleva a cabo en total y absoluto respeto de la dignidad de las personas y sus derechos humanos", declaró Alcántara el martes.
La migración ha sido fuente de tensiones entre los dos países durante años, pero éstas se han agravado desde el asesinato del presidente haitiano Jovenel Moïse en 2021, la que sumió a Haití en el caos.
Las autoridades dominicanas dicen que la aplicación estricta de las normas en la frontera y las deportaciones son cruciales para la seguridad nacional al intensificarse los trastornos en el país vecino.
La semana pasada, Haití acusó al país vecino de someter a los haitianos a "condiciones inhumanas, crueles y degradantes", en tanto la embajada estadounidense en Santo Domingo advirtió que sus compatriotas de piel oscura podrían verse amenazados por las autoridades.
"Hay informes de que a los detenidos los encierran en centros de detención atestados, sin la posibilidad de cuestionar su detención y sin acceso a comida o baños, a veces durante días, antes de liberarlos o expulsarlos a Haití", agrega el aviso estadounidense.
República Dominicana expresó su "más enérgico rechazo" a las acusaciones, que no están respaldadas con pruebas, y que las deportaciones aumentarán. Las autoridades dicen que deportaron a 43 mil 900 migrantes, principalmente haitianos, entre julio y octubre, según cifras del ministerio de Asuntos Exteriores. En septiembre y octubre las deportaciones aumentaron en un 50%.