a partir de 2026 endurecerá las normas de emisiones de vehículos pesados, el primer cambio de los estándares en 20 años.
Las nuevas normas reducirán de forma gradual hasta 2045 las emisiones de óxidos de nitrógeno en un 48 %, las de benceno en un 28 %, las de componentes orgánicos volátiles en un 23 % y las de monóxido de carbono en un 18 %.
Las emisiones de estos componentes químicos tienen graves consecuencias para la salud humana.
EPA estima que las nuevas normas permitirán una reducción de 2.900 muertes prematuras, de 6.700 hospitalizaciones y de 18.000 casos de asma en niños. También ahorrarán al año unos 29.000 millones de dólares para 2045.
Calentamiento Global
Además, las nuevas normas ayudarán a combatir la crisis climática ya que los óxidos de nitrógeno tienen un efecto 300 veces mayor sobre el calentamiento global que el dióxido de carbono. Los vehículos afectados por las nuevas normas son camiones, autobuses y furgonetas pesados.
El Departamento de Energía señaló que aunque los camiones pesados y semipesados solo representan el 4 % del total de vehículos que circulan en Estados Unidos, sus emisiones de carbono suponen el 30 % del total y consumen más del 25 % del combustible utilizado en el país.