programas de discriminación positiva en las universidades, lo que se considera un fallo histórico.
Sus seis jueces conservadores dictaminaron, en contra de la opinión de los tres progresistas, que los procedimientos para el ingreso en los campus universitarios basados en el color de la piel o el origen étnico de los solicitantes son inconstitucionales. "El alumno debe ser tratado en función de sus experiencias como individuo, no en función de su raza", escribió el presidente de la Corte Suprema, John Roberts.
El expresidente estadounidense Donald Trump calificó de "gran día para Estados Unidos" que la Corte Suprema haya acabado con los programas de discriminación positiva en las universidades.
"Esta es la sentencia que todo el mundo estaba esperando y deseando y el resultado ha sido asombroso. Además, nos mantendrá competitivos frente al resto del mundo", dijo el republicano, que aspira a un segundo mandato en la Casa Blanca. "Nuestras mentes más brillantes deben ser valoradas y eso es lo que ha traído este maravilloso día. Vamos a volver a todo basado en el mérito y así es como debe ser", agregó.
Asimismo, el presidente republicano de la Cámara de Representantes de Estados Unidos, Kevin McCarthy, aplaudió la sentencia. "Ahora los estudiantes podrán competir en igualdad de condiciones y por méritos individuales. Esto hará que el proceso de admisión en la universidad sea más justo y defenderá la igualdad ante la ley", escribió en Twitter.
Varias universidades muy selectivas introdujeron criterios raciales y étnicos en sus procedimientos de admisión a finales de la década de 1960 para corregir las desigualdades derivadas del pasado segregacionista de Estados Unidos y aumentar la proporción de estudiantes negros, hispanos e indios estadounidenses en sus aulas.
Esta política, conocida como "discriminación positiva", siempre ha sido muy criticada en los círculos conservadores, que la consideran opaca y racista.