convocado por La Fraternidad -el más fuerte de los sindicatos que engloban a los conductores de trenes- y, pese a que el Gobierno de Javier Milei citó a una audiencia, no hubo acuerdo para mejorar los salarios debilitados por la alta inflación.
"Fuimos a una reunión para conciliar, nos ofrecieron 12 % más y nos quieren ubicar como trabajadores estatales, pero nos volvieron a faltar el respeto”, aseguró el secretario general de La Fraternidad, Omar Maturano, en una rueda de prensa.
Los ferroviarios consideran que han sufrido una pérdida salarial del 50 % en los últimos tres meses, fruto de una inflación que alcanzó el 254,2 % anual en enero de 2024, en tanto explican que el Estado se ha quedado lejos al ofrecer sólo 16 %.
La falta de trenes afectó a más de un millón de personas, dijo por su parte el portavoz presidencial, Manuel Adorni, en su habitual rueda de prensa en la sede del Ejecutivo, lo que se plasma en largas filas en las paradas de buses y demoras, aunque algunos servicios de larga distancia se mantienen para no perjudicar a quienes tenían boletos. El vocero agregó que "se están evaluando las medidas pertinentes" para que el paro "no quede sin responsables y sin consecuencias".
La Secretaría de Transporte había acusado de "mala fe" a La Fraternidad en un comunicado, ya que avanzó con el "paro de servicio pese a estar en plena vigencia las negociaciones paritarias" con el sector. La Fraternidad contestó en otro comunicado que el paro es "única, total y absoluta responsabilidad del Gobierno nacional”, porque no convocó a las partes a la conciliación obligatoria.