Kaja Kallas, y del presidente de Rumania, Klaus Iohannis, esperan que aún sea posible cruzarse en el bien pavimentado camino que lleva al saliente primer ministro neerlandés Mark Rutte hacia el mando de la OTAN.
El proceso para elegir a un nuevo jefe de la alianza militar se ha realizado tradicionalmente lejos del escrutinio público. Incluso hablar abiertamente de las ambiciones personales frente al cargo sería indecoroso, aun cuando los candidatos trabajen tras bambalinas para lograr el apoyo necesario.
A pesar de todo este secretismo, se sabe que Rutte es considerado el candidato con más opciones por la mayoría de los aliados. Todo parecería indicar que será él quien reemplace en octubre al noruego Jens Stoltenberg, el segundo secretario general con más años de servicio en la historia, quien se retirará con una década de trabajo a sus espaldas.
La OTAN quiere que la decisión se tome antes de que la Unión Europea (UE) comience a barajar los escaños del Parlamento Europeo tras las elecciones de junio y de las votaciones presidenciales en Estados Unidos en noviembre. Sin embargo, la noción de que esto ya estaba cerrado parece verse sacudida por el creciente apoyo que recibe Kallas en redes sociales y un reporte de la agencia Bloomberg, que sostiene que el presidente de Rumania también quiere pelear por el puesto.
Rutte ha sido elogiado por su extensa carrera política, pero cuando se trata de la OTAN, no posee algunas características que muchos quisieran ver en un nuevo secretario general. Por ejemplo, que sea mujer o que provenga de Europa del Este. Incluso se considera relevante que pertenezca a un país que cumpla con el objetivo de la OTAN de gastar 2 por ciento del PIB en Defensa, algo que Países Bajos no hace, a diferencia de Estonia y Rumania.
::: Creciente respaldo para Kallas
Ben Tallis, miembro del Consejo Alemán de Relaciones Exteriores, contribuyó a impulsar la candidatura de Kallas tras la Conferencia de Seguridad de Múnich a mediados de febrero. Para él, el estilo de liderazgo franco de la estonia es lo que necesita la OTAN.
Otras voces prominentes se han sumado a esta corriente, entre ellas Andrew Michta, director de la Iniciativa Estratégica Scowcroft del Consejo Atlántico, para quien Rutte "no es el candidato correcto". Michta prefiere a alguien de uno de los aliados del flanco oriental, que "entiende la naturaleza existencial de la amenaza" rusa. "Aún hay tiempo para corregir el rumbo", afirmó.
Tallis sugiere que el impulso suscitado en X (antes Twitter) empujó la aparentemente abrupta decisión de Estados Unidos, Reino Unido, Francia y Alemania de anunciar su apoyo a Rutte en los últimos días. Para él, esto es un esfuerzo por desalentar la disidencia que podría demorar el consenso en torno a Rutte. "El hecho de que un candidato (Kallas) tan creíble este obteniendo una oleada de apoyo popular es aterrador para gente que quiere arreglar esto dentro de una elite", apuntó.
::: ¿Es hora de la transparencia?
Tallis estima que el método opaco de elegir al nuevo jefe de la OTAN es un problema más importante que la viabilidad de cualquier aspirante al puesto. "Están tratando de frenar este proceso, y si lo hacen, solo crearán problemas en el futuro", sostiene. "La gente se ha involucrado en las políticas de defensa en los últimos dos años más que antes y quiere sentirse representada en este proceso, no excluida de él".
También pide tener en cuenta las expectativas de que el próximo secretario general no sea de Europa del Norte, como el noruego Stoltenberg y sus antecesores Anders Fogh Rasmussen, de Dinamarca, y Jaap de Hoop Scheffer, de Países Bajos. "Desde hace 25 años tenemos países de Europa Central y Oriental en la OTAN y nunca han tenido un secretario general", dijo Tallis.
::: Valorar la experiencia del flanco oriental
De este último punto se hizo eco Cristian Dorobantu, un asesor de seguridad y defensa del Parlamento rumano, quien cree que el presidente saliente de su país sería quien mejor encarnaría esos atributos. "En Europa del Este hay una sensación respecto a la postura de la OTAN frente a Rusia", dijo a DW desde Bucarest. "Ha sido demasiado suave, incluidas las sanciones, las acciones, la ayuda que está enviando a Ucrania y toda la situación en general".
Para competir, cualquier potencial secretario general debe ser nominado por el embajador de su país ante la OTAN. Por el momento, no se sabe si Iohannis pidió formalmente que su nombre sea presentado, lo que ha llevado a especular que podría estar más interesado en aumentar la visibilidad de su nombre para aspirar a otros cargos que se abrirán tras las elecciones del Parlamento Europeo, como las presidencias de la Comisión Europea y del Consejo Europeo.
Tampoco está claro si el nombre de Kallas ha sido planteado formalmente a la OTAN, pese a que sus comentarios públicos muestran su deseo de aspirar al puesto. Lo mismo se aplica para la ministra de Exteriores de Letonia, Krisjanis Karins, quien ha roto la regla no escrita de no hacer campaña para el cargo. Como sea, los funcionarios de la OTAN insisten en que el único candidato oficial es Rutte.