logró algo impensable: ser nombrada una de las personas más elegantes de 2024 por The New York Times.
¿El motivo? Su innegable encanto, combinado con la avalancha de memes y fotos adorables que inundaron las redes sociales, convirtiéndola en un fenómeno mundial.
Sin haber desfilado en pasarelas ni colaborado con marcas de lujo, Moo Deng se ganó un lugar en el corazón de millones gracias a su adorable apariencia y a la creatividad de los internautas, quienes la convirtieron en uno de los personajes más icónicos del año.
::: Del zoológico a ser un ícono global
La prestigiosa lista del New York Times sobre las personas más elegantes de 2024, publicada el pasado 6 de diciembre, causó revuelo al incluir a Moo Deng, una hipopótamo pigmea que conquistó corazones en todo el mundo.
Según el medio, la lista reúne nombres que marcaron el año en diversos espacios, desde la política hasta los zoológicos: “El estilo se manifestó de muchas formas en los últimos 12 meses, así como en muchos lugares: en la campaña electoral y en las alfombras rojas, en los estadios y en los zoológicos”.
El fenómeno de Moo Deng comenzó cuando el zoológico Khao Kheow en Tailandia compartió las primeras imágenes de la adorable hipopótamo en redes sociales. La ternura de sus expresiones desató una ola de memes, videos y comentarios que rápidamente la convirtieron en una sensación viral.
Su popularidad fue tal que incluso una marca de productos de belleza, Sephora, lanzó un anuncio inspirado en Moo Deng. La empresa promovió una línea de rubores que evocaban los tonos rosados de sus mejillas, consolidando aún más el estatus de la hipopótamo como un icono cultural.
Además, su fama trascendió fronteras lingüísticas con cuatro canciones dedicadas a ella, traducidas al tailandés, inglés, chino y japonés.
Sin embargo, su inclusión en la lista del New York Times no estuvo exenta de polémica. Algunos internautas cuestionaron que un hipopótamo pudiera figurar en un ranking de personas elegantes.
A pesar de las críticas, muchos celebraron la elección de Moo Deng, inundando las redes sociales con mensajes como: “Definitivamente merece estar en esta lista. ¡Tiene tanto estilo!”, “Se ve tan bien con todo lo que se ponga” y “Bien merecido”.
Junto a Moo Deng, la lista incluye a figuras destacadas de diversos ámbitos, como deportistas (Kim Yegi), actrices (Ariana Grande, Cynthia Erivo, Demi Moore), músicos (Beyoncé, Tyler, the Creator) y hasta miembros de dinastías políticas como Jack Schlossberg, nieto de John F. Kennedy.
::: ¿Por qué nos gusta tanto Moo Deng?
En el mundo animal, las características físicas de los cachorros de mamíferos juegan un papel crucial en la supervivencia de las crías.
Ojos grandes y redondos, las cabezas desproporcionadamente grandes y las mejillas regordetas, desencadenan una respuesta de protección y cuidado en los adultos, de acuerdo con un artículo publicado en la revista UNAM Global de la Universidad Nacional Autónoma de México.
Este fenómeno, conocido como Kindchenschema, fue acuñado por el zoólogo austriaco Konrad Lorenz, quien recibió el Premio Nobel de Medicina en 1973 por sus estudios sobre el comportamiento animal.
“Uno pensaría que el simple hecho de ser hijo de alguien garantizaría que cuidaran al cachorro, pero no es así”. Por eso, estas características son una respuesta evolutiva biológica que asegura que los padres lo atiendan y protejan”, menciona Gerardo López Islas, académico de la UNAM entrevistado por la revista.
La liberación de oxitocina en el cerebro de los padres al observar características físicas específicas en las crías genera sentimientos de ternura y amor. Este mecanismo asegura que los cachorros reciban la atención y el cuidado necesarios para su desarrollo.
Sin embargo, este instinto protector no se limita exclusivamente a la relación madre-hijo, sino que puede extenderse a otros miembros de la misma comunidad animal, incluso cuando no existe parentesco directo con la ellos.
En el reino animal, la protección de la descendencia es una estrategia evolutiva clave para garantizar la supervivencia de la especie. Sin embargo, este instinto tiene sus límites.
En el caso de los depredadores, por ejemplo, los bebés de otras especies no despiertan el mismo impulso de cuidado, ya que estas suelen ser percibidas como presas en lugar de seres que necesitan protección.
En los humanos, este instinto protector hacia los bebés es similar, pero se manifiesta de manera más intensa hacia los propios hijos y familiares cercanos. La apariencia de los bebés humanos, con rasgos que inspiran ternura, genera un fuerte deseo de cuidarlos, lo que se considera un comportamiento natural.
Este impulso también se extiende hacia las crías de otras especies, lo que explica por qué muchas personas sienten afinidad por adoptar cachorros de perros y gatos, especialmente cuando son pequeños.