“Como hemos dicho antes, rechazamos categóricamente cualquier alegato del involucramiento de Estados Unidos en cualquier plan para desestabilizar el gobierno venezolano o dañar a cualquiera en Venezuela”, señaló el Departamento de Estado en un comunicado.
“A pesar de las diferencias significativas entre nuestros gobiernos, continuamos creyendo que es importante buscar una relación funcional y productiva con Venezuela basada en asuntos de interés mutuo”, subrayó la dependencia.
Calificó como “decepcionante” la repetición de alegatos “excéntricos y sin corroborar por parte de funcionarios venezolanos” sobre supuestos planes de Estados Unidos para desestabilizar al país sudamericano.
El gobierno venezolano suspendió temporalmente el canal de diálogo con Estados Unidos, tras lo que consideró como “ataques” de la subsecretaria de Estado para América Latina, Roberta Jacobson, contra el Consejo Nacional Electoral de ese país.
El anuncio fue realizado la víspera por el canciller Elías Jaua en una condecoración a dos diplomáticos venezolanos que fueron expulsados el 11 de marzo por Estados Unidos.
En el acto, el ministro venezolano indicó que espera que haya una “rectificación” y que cese la injerencia de Washington.
Jaua manifestó que queda suspendido el canal de diálogo acordado con Jacobson en noviembre pasado, aunque se mantienen todas las relaciones diplomáticas y consulares.
Estados Unidos expulsó a los diplomáticos venezolanos en respuesta a la expulsión de dos agregados de la embajada estaduniense en Caracas por parte de las autoridades de Venezuela.
El entonces vicepresidente Nicolás Maduro, ahora presidente encargado, anunció las expulsiones poco antes de la muerte del mandatario Hugo Chávez, el 5 de marzo, al acusar a los agregados de una presunta conspiración para desestabilizar al gobierno.
Las relaciones entre Washington y Caracas se mantienen tensas, como lo demuestra la ausencia de sus respectivos embajadores desde 2010.