La situación se agravó desde hace dos semanas tras ser sacadas de circulación las últimas 700 unidades del viejo sistema que utilizaba vetustos autobuses con más de 40 años de antigüedad, llamados por los panameños “diablos rojos” por su colorido e intrepidez.
Esos 700 carros fueron sustituidos por 300 modernas unidades de la empresa de capital colombiano “Mi Bus”, que en 2012 inició la transformación del sistema para llegar a mil 200 autobuses como parte del contrato de concesión.
Ya sin los “diablos rojos” en las calles, los panameños de la capital padecieron las deficiencias del sistema, reflejada en paradas abarrotadas de pasajeros, con varias horas de espera para poder subirse a una unidad.
Varias medidas de ajuste adoptadas por la empresa junto a la Autoridad de Tránsito y Transporte Terrestre (ATTT) han resultado infructuosas para poner orden, por lo que el caos se ha vuelto cotidiano en los últimos 15 días sobre todo en horas pico.
La renovación del sistema de transporte público es uno de los proyectos insignia del gobierno del presidente Ricardo Martinelli.
Ante las quejas de los usuarios, la ATTT multó el martes con mil 148 dólares a “Mi Bus”, es la primera vez que la autoridad recurre a esa medida.
Además, le advirtió que la sanción se duplicará en caso de reincidencia y de persistir las deficiencias podría revisar el contrato.
La ATTT dio un plazo de 48 horas para corregir las fallas, aunque el periodo venció el jueves con menos quejas debido a que miles de panameños salieron en éxodo hacia las provincias por el asueto de Semana Santa.
Ejecutivos de “Mi Bus” se han defendido al argumentar que las fallas son originadas debido a que el sistema aún no está completo, por la falta de la construcción de paradas, sumado a que en varios sitios de la ciudad existen obras que dificultan el tráfico vial.