Convocados por la Confederación de Estudiantes de Chile (Confech) miles de estudiantes volvieron a copar las calles del centro de Santiago, esta vez en un recorrido inédito que se inició en el frontis de la Universidad de Santiago y culminó con un acto cultural en el Parque de Los Reyes.
Al final, como en otras ocasiones, encapuchados se enfrentaron con fuerzas especiales de la Policía, lo cual dejó un saldo de 73 detenidos, tres policías y un periodista del canal de noticias CNN Chile heridos, según datos entregados por la Intendencia de Santiago.
La manifestación convocó a unos 30 mil estudiantes de acuerdo a la policía, mientras que la Confech cifró la concurrencia en 80 mil personas.
"Queremos educación gratuita, que no dependa de un bono o un cambio en un formulario. La educación es un derecho", dijo el presidente de la Federación de Estudiantes de la Universidad de Chile (FECH), Andrés Fielbaum.
Durante todo el trayecto la manifestación, la segunda de carácter nacional en el año, se realizó de forma pacífica.
Los disturbios, de acuerdo a testigos, estallaron mientras se efectuaba el acto central de la manifestación, cuando un grupo de encapuchados comenzó a incendiar botes de basura a modo de barricadas.
La policía debió usar gases lacrimógenos y chorros de gas para dispersar la manifestación.
Los estudiantes chilenos, que desde 2011 abogan por un profundo cambio al sistema educativo heredado de la dictadura de Augusto Pinochet (1973-1990), se han planteado como meta ser protagonistas en un año electoral.
El 17 de noviembre los chilenos están convocados a escoger al sucesor o sucesora del derechista Sebastián Piñera, que ha visto caer su popularidad a raíz de las demandas estudiantiles, a las que ha respondido con una batería de medidas consideradas insuficientes por los estudiantes.
La más probable vencedora de los comicios, de acuerdo a todos los sondeos, es la exmandataria socialista Michelle Bachelet, quien durante su mandato (2006-2010) enfrentó también demandas estudiantiles, esa vez de los secundarios.
Producto de las reformas liberales impuestas por Pinochet, son cada vez menos los escolares que asisten a colegios públicos gratuitos. La mayoría, va a escuelas privadas en las que las mensualidades se pagan de forma compartida entre los padres y el Estado.