En su persecución de las filtraciones como ninguna otra Administración lo había hecho antes, el departamento de Justicia recopiló de forma secreta los registros de al menos 20 líneas telefónicas de periodistas de la agencia de noticias Associated Press durante los meses de abril y mayo de 2012, incluido el teléfono fijo que la organización tiene en la sala de prensa de la Cámara de Representantes en el Capitolio, según ha informado la propia AP.
El presidente de la agencia, Gary Pruitt, en una airada respuesta en forma de carta enviada el lunes por la noche al fiscal general de EEUU, Eric Holder, calificó lo sucedido como “una intromisión masiva y sin precedentes” en el trabajo de los periodistas. “No hay justificación posible para una recolección tan amplia de las comunicaciones de AP y sus reporteros”, afirmó Pruitt.
La incautación de los registros –de la que no se avisó y que se efectuó en algún momento de este año- formaría parte de una investigación criminal llevada a cabo por el Departamento de Justicia para descubrir la posible fuente dentro de la Administración de Barack Obama que filtró actividades antiterroristas del Pentágono en Yemen.
A las audiencias en el Congreso sobre el atentado de Bengasi se unió el escándalo del escrutinio a grupos políticos conservadores por parte de Hacienda (léase Tea Party y asociados) y ahora el espionaje telefónico de la agencia de noticias Associated Press
En una noticia que conmocionó a los medios de comunicación y evocó al malogrado Richard Nixon, AP comunicó el lunes por la noche que el Departamento de Justicia le informó el pasado viernes que investigadores federales habían obtenido los registros de las llamadas salientes –no está claro si también los números entrantes y la duración de las llamadas- de al menos 20 líneas de sus oficinas de Nueva York, Washington y Hartford (Connecticut), así como teléfonos móviles y números privados de los hogares de algunos periodistas.
“Estos registros potencialmente revelan comunicaciones con fuentes confidenciales en todas las actividades noticiosas de AP durante un período de dos meses, ofrecen un vistazo a las operaciones de recopilación de información de AP y revelan información sobre las actividades y operaciones de la AP que el gobierno no tiene derecho a conocer", expresó Pruitt.
Tanto el portavoz de Barack Obama, Jay Carney, como el propio fiscal general, Eric Holder, han sido hoy bombardeados con preguntas a este respecto por los reporteros. Carney, como antiguo periodista que es, dijo entender la preocupación que existía pero se refugió en que el presidente no se involucra en las investigaciones criminales que efectúa Justicia. Aunque fue tan insistente y repetitiva su siempre misma respuesta que llevó a la conclusión negativa por parte de la prensa reunida en la sala de la Casa Blanca de que el mandatario parece no conocer nada que suceda más allá de los muros de su residencia (la misma respuesta valió para el escándalo de Hacienda).