Oklahoma fue el estado más afectado por estos tornados de la pasada noche, que destruyeron cerca de 300 casas y residencias, y provocaron que centenares de personas tuvieran que buscar refugio.
Los dos casos mortales se registraron en la localidad de Shawnee, a unos 40 kilómetros al este de la capital estatal, Oklahoma City, después de que los enormes vientos y las violentas tormentas de granizo destruyeran sus casas móviles.
“No hay absolutamente nada, en otros lugares puedes ver los restos de casas móviles una encima de las otras, y escombros apilados. Parece como si un equipo pesado de demolición hubiera pasado por acá", dijo Mile Booth, sheriff del condado de Pottawatomie, uno de los más afectados, a la prensa local.
Otras 20 personas resultaron heridas en el estado, indicó Keli Cain, portavoz del Departamento de Gestión de Emergencias de Oklahoma.
El resto de heridos se produjeron en otros estados como Kansas, Iowa y Misuri, como parte de un sistema tormentoso que seguirá azotando el medio oeste de Estados Unidos este lunes y el martes.
Por ello, el Centro de Predicción de Tormentas de la Administración Nacional Oceánica y Atmosférica (NOAA, por su sigla en inglés) emitió este lunes nuevas alertas sobre la posibilidad de tornados en la región, especialmente para Arkansas, Kansas, Oklahoma, y Misuri.
"El área con la mayor preocupación va desde Misuri hasta el norte de Texas. Grandes tormentas de granizo y violentos vientos serán la principal amenaza, pero fuertes tornados aislados también son posibles", indicó la agencia federal en su último boletín de esta mañana.