Con 68 votos a favor y 32 en contra de 100 senadores, la cámara alta dio el visto bueno a un proyecto que supone la reforma más importante del sistema de inmigración en un cuarto de siglo en Estados Unidos, y ahora pasará a la Cámara de Representantes, donde la oposición republicana realizará su propia propuesta.
El histórico proyecto de ley de reforma migratoria abre el camino a la ciudadanía para unos 11 millones de indocumentado, en su mayoría mexicanos, y refuerza el control fronterizo.
La votación, por 68 contra 32, busca presionar a la Cámara de Representantes -controlada por los republicanos- para que impulse un proyecto de ley similar, a fin de que el presidente Barack Obama lo promulgue antes de fin de año.
Tras la votación, un grupo de jóvenes con camisetas que decían “Dream” (Sueño), en referencia a los que llegaron de niños como indocumentados a Estados Unidos, gritaron por unos momentos la consigna “¡Sí se puede!”, desde las galerías del Senado.
“Hoy es un buen día para el país” y “un día histórico para el Senado”, afirmó en un discurso antes de la votación en el pleno el senador demócrata Patrick Leahy.
Por su parte, el senador republicano Charles Grassley manifestó a periodistas su descontento sobre el proyecto de ley, al reiterar que la prioridad de los miembros de su partido era controlar la frontera antes de ofrecer una legalización para los indocumentados.
El líder de la mayoría demócrata del Senado, Harry Reid, impulsó durante el debate que comenzó a principios de mes, la aprobación de enmiendas con base en una súper mayoría de 60 votos, a fin de frenar medidas obstruccionistas de opositores al proyecto.
El proyecto incluye el reforzamiento fronterizo a un costo de 30 mil millones de dólares para la contratación de 20 mil agentes adicionales de la Patrulla Fronteriza y la finalización mil 126 kilómetros de bardas en la zona limítrofe con México.
Asimismo, contempla la instrumentación a nivel nacional del programa “E-Verify” de verificación electrónica de empleo y un sistema electrónico para monitorear las entradas y salidas en la frontera.
La iniciativa abre la ruta a la legalización con ciudadanía a más de 11 millones de migrantes indocumentados, en un proceso que podría demorar más de una década.
El grupo bipartidista de ocho senadores, cuatro demócratas y cuatro republicanos, que impulsaba la iniciativa, mantuvo su cohesión sobre el proyecto de ley S744 durante la votación de enmiendas a lo largo de este mes.
A fin de lograr un mayor apoyo bipartidista, los senadores republicanos Bob Corker y John Hoeven presentaron una enmienda para un reforzamiento en la frontera con México, que fue aprobada como parte de una enmienda del senador demócrata Patrick Leahy.
La enmienda de Corker y Hoeven generó críticas tanto de grupos proinmigrantes, que consideraron que se estaba “militarizando” la frontera, como de organizaciones que rechazan una legalización de los indocumentados.
La analista para México y Centroamérica de la Oficina en Washington para América Latina (WOLA), Maureen Meyer, indicó en un informe que el proyecto de ley en el Senado necesita más recursos para prevenir la muerte de migrantes en la frontera, que llegó a 463 el año pasado.
Los sindicatos del Servicio de Ciudadanía e Inmigración (USCIS) y del Servicio de Inmigración y Aduanas (ICE), que cuentan con 20 mil miembros en su conjunto, indicaron en un comunicado que el proyecto está en contra de la aplicación de la ley y la seguridad pública.
Entre tanto, grupos proinmigrantes como el Movimiento por una Reforma Migratoria Justa (FIRM) y la Casa de Maryland, continúan con sus acciones de presión, ahora enfocadas en la Cámara de Representantes, para que actúe sobre un proyecto de ley.