"Hablé con un embajador el otro día y me confesó que no sabía por qué todos estaban sorprendidos frente a las historias de espionaje cuando es algo que hacen todos", declaró Touré.
Reconoció que sus propios mensajes de correo electrónico se están leyendo: "¿Crees que mi correo es seguro. Sería estúpido si pensara que sí", afirmó.
Touré defendió la elaboración de "un tratado de paz cibernético" entre gobiernos que regule el espionaje, aunque advirtió de que el desafío no será pequeño.
"Por desgracia ya hay una guerra cibernética en marcha. No habrá un ganador, como ocurre en una guerra tradicional. Todo será destruido", insistió.
A su juicio, "los gobiernos deben dejar de llevar a cabo estas prácticas y sólo una organización internacional puede sentar a los Estados en una misma mesa para discutir el tema".