La isla de la Lampedusa -recientemente visitada por el papa Francisco, quien allí rindió homenaje a los migrantes desesperados en busca de un futuro mejor-, es la más meridional de Italia y la más cercana a las costas africanas.
Los prófugos declararon que el bote se dio tres días después de partir de Libia. El grupo estaba profundamente postrado por la larga permanencia en el mar y aún bajo shock.
La alarma se había puesto en marcha el viernes por la tarde cuando la Guardia Costera de Palermo recibió un llamado telefónico procedente de una embarcación cargada de migrantes. La central operativa de las Capitanerías en Roma, tras haber localizado la embarcación mediante satélite a 29 millas de la costa de Libia, contactó a las autoridades de Trípoli y desvió a la zona dos naves mercantiles, ambas con bandera panameña. Una de éstas, la Gaz United, durante la fase de búsqueda avistó en el mar un grupo de 20 supervivientes, a los que pudo recuperar. Poco después, la misma nave encontró los restos del bote de goma, semihundido. Otros dos migrantes fueron salvados por la segunda nave, la Gaz Sinergy.
Los prófugos fueron transbordados sucesivamente en la nave Kornati, con bandera de Malta, y trasladados a Lampedusa.
Las búsquedas de los dispersos en la zona del desastre, realizadas por lanchas de la Guardia Costera, y por algunos mercantiles, no dieron resultado.