El ataque más mortífero fue perpetrado por un suicida contra un café popular en la ciudad de Balad, a 80 kilómetros al norte de la capital, donde doce civiles fallecieron y 45 sufrieron heridas.
El suicida detonó el cinturón de explosivos que llevaba adosado al cuerpo en mitad de la cafetería, cercana a la sede de la policía de Balad, informaron a Efe fuentes policiales.
La ciudad de Balad, de mayoría chií, se encuentra en la provincia de Salahedín, con una población predominantemente suní.
El estallido de un artefacto explosivo en un mercado popular en la zona de Tahrir, en la provincia de Diyala, causó además cuatro muertos y 25 heridos, así como importantes daños materiales.
En cuanto al asesinato de los militares, las fuentes explicaron que hombres armados dispararon contra tres soldados del Ejército que viajaban en un taxi en el sur de Mosul, capital de la provincia septentrional de Nínive.
El pasado sábado, al menos 50 personas murieron y 245 resultaron heridas en una cadena de atentados, cuya autoría fue reivindicada en las últimas horas por el grupo Estado Islámico de Irak, vinculado a Al Qaeda.
El primer ministro iraquí, Nuri al Maliki, recientemente ordenó el inicio de una amplia operación de seguridad en el oeste y el norte del país para buscar y capturar a terroristas.
Los últimos meses han sido los más mortíferos en Irak en cinco años y la cifra de fallecidos el pasado julio rondó las mil personas.