El gobierno de Estados Unidos dijo este miércoles que estaba "muy preocupado" por informaciones sobre un ataque letal con armas químicas en Siria, y reclamó que los expertos de la ONU tuvieran un "acceso inmediato" a testigos, víctimas y lugares donde supuestamente se usaron esas armas.
"Pedimos formalmente a las Naciones Unidas que investigue de forma urgente", declaró el portavoz adjunto de la Casa Blanca, Josh Earnest, después de que la oposición siria denunciara la muerte de mil 300 personas cerca de Damasco.
Reprueba gobierno de México la acción
La SRE señaló que es inaceptable el uso de armas químicas en cualquier conflicto y condenó su uso por cualquier actor y bajo cualquier circunstancia.
El gobierno Federal calificó de preocupante el posible uso de armas químicas durante el ataque perpetrado a las afueras de la ciudad de Damasco, en la República Árabe Siria y lamentó la pérdida de vidas humanas en este hecho.
La Secretaría de Relaciones Exteriores (SRE) señaló que es inaceptable el uso de armas químicas en cualquier conflicto y condenó su uso por cualquier actor y bajo cualquier circunstancia.
La dependencia Federal expuso que es inaceptable el clima de violencia en Siria, que a la fecha ha ocasionado la muerte de más de cien mil personas, cientos de heridos, refugiados y desplazados internos.
En ese sentido hizo un llamado para resolver la crisis a través del diálogo político y exhorta a todas las partes en conflicto a respetar los derechos humanos de la población y el derecho internacional humanitario.
Recordó que 19 de agosto iniciaron los trabajos de investigación de la Misión de Expertos de las Naciones Unidas responsables de comprobar el presunto uso de armamento químico en Siria, tal y como fue solicitado por el gobierno sirio con base en las resoluciones tanto de la Asamblea General como del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas por lo que se pronunció para que todas las partes involucradas en el conflicto para facilitar y garantizar el acceso inmediato a la Misión de Expertos.
Y es que subrayó que el empleo de este tipo de armamento representa una amenaza a la paz y seguridad internacionales; es contrario al derecho internacional, al derecho internacional humanitario y constituye un crimen de guerra.