Durante la verificación de la impermeabilidad de las 350 reservas de agua contaminada, tras la filtración en el océano la semana pasada de 300 toneladas de agua radiactiva provenientes de un depósito de las mismas características, Tokio Electronic Power (Tepco) constató únicamente dos puntos de fuerte radiactividad.
"Hemos realizado verificaciones desde las 11h00 GMT (02h00 GMT) hasta las 15h00 (06h00 GMT) y no hemos constatado ni filtraciones ni charcos de agua", explicó la compañía en un correo electrónico enviado a la prensa.
Sin formular explicaciones sobre las posibles causas, Tepco dijo haber constatado medidas de 70 y 100 miliserviets por hora al lado de dos depósitos de agua contaminada, cuyo volumen de líquido almacenado no ha variado.
Un trabajador expuesto a tales niveles de radiación absorbería en una hora una cantidad superior a la radiactividad autorizada en un año, en el primer caso, y a la de cinco años, en el segundo, según las normativas niponas.
A comienzos de la semana pasada, la compañía operadora de Fukushima constató la filtración en el océano de 300 toneladas de agua altamente radiactiva proveniente de una de estos depósitos cilíndricos de 11 metros de altura y 12 metros de diámetro.
La autoridad de regulación nuclear de Japón clasificó el miércoles esta fuga en el "nivel 3", correspondiente a un "incidente grave" en la escala internacional de eventos nucleares (Ines).
El control de los depósitos se produce el mismo día en que Tepco dio a conocer sus estimaciones del volumen de elementos radiactivos que se habrían filtrado al océano Pacífico desde mayo de 2011 a través únicamente del agua subterránea acumulada en el subsuelo de la central.
Para la compañía, tras la catástrofe provocada por el tsunami en marzo de 2011 se habrían vertido al mar un total de 10 billones de becquerels de estroncio 90 y otros 20 billones más de cesio radiactivo. Antes de accidente, la central podía verter como máximo 220.000 millones de becquerels por año.
La agencia de prensa Kyodo informó este jueves que, tras las nuevas informaciones de vertidos, los pescadores, que habían comenzado parcialmente a faenar en el mes de junio frente a las costas de Fukushima, han decidido detener a principios de septiembre de nuevo su actividad a causa de los crecientes riesgos de contaminación radiactiva.
La compañía Tepco reconoció hace ahora cuatro meses que este agua acumulada en el subsuelo no era estanca como se pensaba, sino que filtraba en el océano unas 300 toneladas por día.
Las filtraciones en el mar continúan, si bien Tepco se encuentra inmersa, en estos momentos, en la instalación de un sistema capaz de bombear 100 toneladas de agua subterránea contaminada por día, agua que sería filtrada y reciclada para enfriar los reactores de la central accidentada.