"Hay 394 muertos en los últimos tres días. La calma volvió a Bangui aunque todavía tiene algunos abusos aquí o allá", dijo el ministro francés de Relaciones Exteriores, Laurent Fabius, en declaraciones al canal de televisión "France 3".
Insistió en que el papel de las tropas francesas en la República Centroafricana "está claro, es devolver la seguridad".
"Si no hubiéramos intervenido los muertos habrían sido miles", aseguró Fabius, quien explicó que después de restablecer el orden el objetivo de la operación autorizada por el Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas es "preparar la transición política".
Fabius reiteró que el propósito de Francia es mantener a sus fuerzas desplegadas en la República Centroafricana un máximo de seis meses, aunque precisó que la duración total de la misión, con la participación de fuerzas africanas, se prolongará más tiempo.
"Espero que los franceses no se queden, no es nuestra intención", indicó el canciller, quien señaló que el enfrentamiento por motivos religiosos es un "riesgo" que no excluye a la República Centroafricana, aunque precisó "no es la tradición en ese país".
El ministro francés de Defensa, Jean-Yves Le Drian, confió la víspera en que los mil 600 soldados desplegados en la República Centroafricana bastarán para restablecer el orden, porque la misión la completarán con militares africanos de otros países.
Los enfrentamientos se intensificaron el jueves pasado tras los ataques de los milicianos "Anti-Balaka", horas antes de que la ONU aprobara la intervención militar de Francia, junto a una fuerza africana, para proteger a la población civil y restablecer el orden.
La crisis en la República Centroafricana comenzó el pasado 24 de marzo cuando la capital fue tomada por los rebeldes de Séléka, que asumieron el poder en el país tras la huida del expresidente Francois Bozizé, refugiado en Camerún.
La coalición Séléka, compuesta por cuatro grupos rebeldes, se alzó en armas en el norte del país en diciembre de 2012 al considerar que Bozizé no había respetado unos acuerdos de paz firmados en 2007.
En las últimas semanas se han registrado enfrentamientos entre partidarios de Séléka y milicias cristianas de autodefensa conocidas como los "Anti-Bakala", que han atacado a civiles musulmanes, confesión de los rebeldes de Séléka, pero minoritaria en el país.