La ONG y militantes aseguran que el régimen de Bashar al Asad utiliza en su guerra contra los insurgentes "barriles de explosivos" fabricados en metal, con una capa de cemento en su interior y llenos de TNT que lanzan desde helicópteros y aviones militares. Estos barriles no cuentan con un sistema de guía, por lo que son menos precisos, y con ellos "consiguen un máximo de destrucción y de muertos", explicó el director del OSDH, Rami Abdel Rahman. La ONG dijo que los ataques afectaron a barrios controlados por los rebeldes, como Haydariyé, Ardh al Hamra o Sajur, aunque no precisó si entre las víctimas había rebeldes.
Según el Centro de Medios de Comunicación de Alepo (CMA), la intensidad de estos ataques contra Alepo, antigua capital económica de Siria, eran "sin precedentes". En las imágenes difundidas en internet por los activistas se veían importantes daños en los edificios, mientras excavadoras retiraban escombros para que la gente buscara a supervivientes. Una fuente de seguridad siria negó la utilización de barriles y afirmó a la AFP que "se lanzaron bombas sobre Alepo, pero los terroristas [como denomina el régimen a los rebeldes] los llaman 'barriles'".
"Todas las bolsas de terroristas serán atacadas [...], vamos a destruirlas sin piedad", afirmó. Otra fuente de seguridad precisó que el ejército prefiere utilizar estos barriles porque son más baratos que los misiles, que se importan de Rusia. Alepo se ha visto fuertemente golpeada por los combates entre las tropas leales al régimen y los rebeldes desde el verano de 2012. Los barrios occidentales están mayoritariamente controlados por el régimen de Damasco, y los sectores orientales, por los insurgentes.
En Sueida (sur), la provincia de mayoría druza que permanece relativamente al margen de la violencia, tres oficiales del ejército murieron en un ataque de rebeldes contra un autobús militar. Toda Siria sufre los enfrentamientos y los bombardeos entre ejército y rebeldes, que han dejado más de 126 mil muertos en 33 meses. En las últimas semanas, el ejército parece haber tomado ventaja al hacerse con el control de varios bastiones rebeldes en las provincias de Alepo y Damasco. En este contexto, Siria es el mayor desafío humanitario al que se enfrenta la ONU ya que representa el mayor grupo de población que necesita ayuda humanitaria.