El opositor Observatorio sirio de Derechos Humanos (OSDH) destacó como especialmente mortíferos los bombardeos con barriles de explosivos en los barrios opositores de Hanano, Ahmadiyeh y Haydariyeh, que dejaron el domingo al menos 56 muertos.
Entre las víctimas figuran siete combatientes rebeldes, indicó el OSDH, que advirtió de que este número podría aumentar ya que decenas de víctimas están gravemente heridas o desaparecidas. Según Rami Abdel Rahmane, el director de la OSDH, el régimen sirio "está tratando de que la población de las zonas controladas por los rebeldes se ponga en su contra". Y para eso, "mata, y obliga a la gente a huir", subrayó.
Según informes de activistas, médicos y otros testigos, los bombardeos lanzados esta semana por la aviación siria contra la ciudad rebelde de Alepo -antiguo pulmón económico del país, ahora reducido a escombros - han dejado, además de centenares de muertos, innumerables heridos.
La organización de derechos humanos Human Rights Watch proporcionó el sábado un balance de más de 200 muertos en Alepo entre el 15 y el 18 de diciembre, mientras que el OSDH dio cuenta de 161 fallecidos y Médicos Sin Fronteras cifra las víctimas mortale en 189.
Human Rights Watch también condenó el supuesto uso de barriles de explosivos y añadió que "el mando militar no debería (...) ordenar el uso de armas explosivos con un amplio rango de acción en zonas muy pobladas". El Media Centre de Alepo, una red de periodistas ciudadanos, señaló que el bombardeo sobre Hanano fue especialmente mortífero ya que los barriles explosivos alcanzaron un autobús, "sin dejar supervivientes".
Otros bombardeos aéreos golpearon dos pueblos cercanos a la ciudad de Alepo, que los rebeldes y el ejército se disputan desde el verano de 2012, indicó el OSDH. La Comisión General de la Revolución Siria, una red de activistas, describió "pánico y huidas masivas hacia el campo, a pesar del intenso frío" y señaló que dos trabajadores del sistema de ambulancias murieron cuando intentaban ayudar a la gente herida.