El 28 de febrero Benedicto XVI se retiró y asumió el título de papa emérito, con la intención de dedicarse a la oración y el retiro espiritual.
El 13 de marzo de 2013, el cónclave que se celebró tras la renuncia de Benedicto XVI eligió como papa al argentino Jorge Mario Bergoglio, quien manifestó su voluntad de ser conocido como “Francisco” en honor del santo de Asís. Es el primer papa de formación jesuita y el primer pontífice originario del continente americano, el primero hispanoamericano y el primero no europeo desde el sirio Gregorio III —fallecido en 741—.
Bergoglio nació el 17 de diciembre de 1936, quien además de su español natal, habla fluidamente latín, italiano, alemán, francés e inglés.
Conocido por su actitud de humildad, su preocupación por los pobres, marginados y sufrientes de distinta extracción, y su compromiso de diálogo con personas de diferentes orígenes y credos, el papa Francisco mostró una variedad de gestos pastorales indicativos de sencillez, entre los que se incluyen su decisión de residir en la casa de huéspedes del Vaticano en lugar de la residencia papal usada por sus antecesores desde 1903. Al poco tiempo de su elección, la revista Time lo consideró una de las cien personas más influyentes, incluyéndolo en el grupo de los “líderes”, y meses más tarde lo nombró “persona del año” 2013.
En su primera aparición pública, el papa Francisco elevó una oración por su antecesor, el papa emérito Benedicto XVI. Acto seguido, dijo que comenzaba “un camino”, y pidió a los fieles que rezaran “unos por otros para que haya una gran fraternidad”. “Espero que este camino de la Iglesia que hoy comenzamos sea fructífero para la evangelización”, añadió. Además, pidió una oración en silencio por él para que Dios le ayudara en su labor.
El 14 de marzo de 2013, un día después de ser elegido, celebró su primera misa como pontífice en la Capilla Sixtina. Lo hizo alternando latín e italiano sin la ayuda de escritos, con un tono didáctico y gesticulando abundantemente. Respecto a los asuntos que trató, hizo un llamamiento a proclamar el mensaje de Jesucristo, para evitar ser considerados simplemente como una “ONG compasiva”. Además, destacó la necesidad de que la Iglesia se aleje de lo mundano edificándose sobre el Evangelio y la piedra angular de Cristo, y no “como los castillos de arena que hacen los niños que se derrumban fácilmente”.
El 17 de marzo presidió el rezo del Ángelus desde el balcón de su apartamento vaticano, ante mil 500 personas. Durante el rezo, habló de la «misericordia de Dios [...] que nunca castiga» y también mencionó un libro escrito por el teólogo Walter Kasper.
Ese día escribió su primer tuit: «Queridos amigos, os doy las gracias de corazón y os ruego que sigáis rezando por mí». Antes del rezo del Ángelus celebró una misa en la capilla de Santa Ana, y a la salida saludó personalmente a todos los presentes.
El 18 de marzo Francisco recibió a la primera autoridad extranjera desde que es jefe de Estado del Vaticano. En concreto, fue visitado por su compatriota, la presidenta argentina Cristina Fernández de Kirchner. El encuentro duró cerca de 20 minutos y fue seguido de un almuerzo. En la reunión, la presidenta pidió al papa su intermediación para conseguir dialogar con el Reino Unido respecto a la soberanía de las Islas Malvinas. También intercambiaron obsequios entre sí.
La misa de inauguración del pontificado del papa Francisco tuvo lugar el 19 de marzo de 2013, festividad de san José. A la ceremonia acudieron delegaciones oficiales provenientes de 132 países del mundo; y líderes de otras confesiones religiosas. Entre los representantes de otras denominaciones cristianas que acudieron a dicha ceremonia se encontraba el patriarca de Constantinopla Bartolomé I, un hecho insólito que no ocurría desde el Cisma de Oriente, hace casi mil años.
Antes de la misa, el papa se desplazó a bordo de un jeep blanco descubierto -en vez del papamóvil blindado- entre la multitud y recorrió durante casi veinte minutos la plaza de San Pedro. Francisco descendió en varias ocasiones del vehículo para besar a niños y saludar a enfermos.
Durante la ceremonia le fue colocado el palio y entregado el anillo del pescador, que no es de oro como era habitual, sino de plata dorada, y en su homilía, Francisco habló del poder que otorgó Cristo a San Pedro.
Se dirigió también a los gobernantes y a aquellos líderes en materia política, económica o social, a quienes les pidió que fuesen custodios de la creación: de las personas más débiles y del medio ambiente, recordando «que el odio, la envidia y la soberbia ensucian la vida”.
Algunos de los primeros actos públicos del pontificado de Francisco se desarrollaron en el marco de la Semana Santa de 2013.
El 9 de abril se reunió con Ban Ki-Moon, Secretario General de Naciones Unidas. Durante la visita, el papa aprovechó para manifestar el “aprecio por el papel central de la ONU en la preservación de la paz en el mundo, en la promoción del bien común y en la defensa de los derechos fundamentales del hombre”.
El primer viaje apostólico del papa Francisco fuera de Roma, pero dentro de Italia, fue su visita a Lampedusa, el día 8 de julio de 2013.121
Su primer viaje fuera de Italia (y único hasta el momento) fue a Río de Janeiro, (Brasil), en ocasión de las XXVIII Jornadas Mundiales de la Juventud, entre los días 22 y 29 de julio de 2013.
Su primera encíclica, Lumen fidei (La luz de la fe, en español) fue firmada el 29 de junio de 2013, en la solemnidad de los apóstoles Pedro y Pablo, y centra su tema sobre la fe; y viene a completar lo que su predecesor, Benedicto XVI, ya había escrito anteriormente sobre la esperanza y la caridad, las otras dos virtudes teologales, en sus respectivas encíclicas Spe salvi y Caritas in veritate. Francisco asumió, de hecho, el trabajo de Benedicto XVI, quien antes de su renuncia al papado ya había completado una primera redacción del texto; al que le añadió algunas aportaciones.