Ningún grupo se atribuyó inmediatamente la responsabilidad por el ataque. Sin embargo, en el último año insurgentes islamistas suníes han impulsado una violenta campaña en la que se han registrado las peores masacres en el país en cinco años.
El atentado con más muertos se produjo ante un terminal de autobuses en el distrito Alawi, en el centro de Bagdad, donde murieron al menos nueve personas y 16 resultaron heridas, informaron policías y médicos.
Las explosiones se produjeron cerca del aeródromo de Muthanna, en el que el jueves un suicida mató a 23 reclutas iraquíes e hirió a 36.
Un testigo que no quiso dar su nombre dijo que el ataque en el terminal Alawi al Hilah también tuvo como blanco a reclutas del Ejército que se estaban registrando en el aeródromo.
"Cuando salieron del aeropuerto y se reunieron aquí, estalló la bomba", aseguró el testigo.
El Gobierno ha pedido voluntarios que se unan a su lucha contra Al Qaeda, que ha acrecentado su presencia en la provincia occidental de Anbar, cerca de la frontera con Siria, donde el grupo extremista también está activo.
El 1 de enero los activistas tomaron el control de dos ciudades en Anbar, que está en manos de los suníes, alimentando el enfrentamiento con el Gobierno de mayoría chií, que ha prometido erradicar a Al Qaeda de Irak.
El Gobierno del primer ministro Nuri al-Maliki ha desplegado tanques y artillería alrededor de una de esas ciudades, Faluya, pero está dando tiempo para las negociaciones que buscan asegurar la expulsión pacífica de los integristas del Estado Islámico de Irak y el Levante (ISIL), afiliado a Al Qaeda.
Ramadi, la capital provincial, fue recuperada por el Ejército con la ayuda de las tribus de la zona.
Según cargos de salud de Anbar, en las últimas dos semanas al menos 60 civiles y combatientes tribales han muerto, con casi 300 heridos. No había información disponible sobre muertes de militantes o miembros de las fuerzas armadas de Irak.
Los residentes de Faluya, a unos 70 kilómetros al oeste de Bagdad, dijeron que la mayor parte de los comercios del centro de la ciudad estaban abiertos el domingo, ante los preparativos para las fiestas por el aniversario del nacimiento del profeta Mahoma.
Algunas familias que habían huido de la ciudad estaban retornando, aunque muchos aún temen una ofensiva militar. Los residentes dijeron que el pueblo de Jalidiy, ubicado entre Ramadi y Faluya, estaba bajo el asedio de ataques con morteros y helicópteros.
Responsables oficiales en Bagdad atribuyen el retorno de Irak a la violencia al conflicto en Siria, que ha inflamado las tensiones sectarias y provocado inestabilidad en toda la región.