Al menos 14 personas perdieron la vida y otras 25 resultaron heridas por la explosión de tres bombas en un funeral en la aldea de Shateb, en la provincia de Diyala, en el este de Irak.
Los heridos fueron trasladados al hospital más cercano y las autoridades aseguraron que el número de víctimas puede aumentar, debido a la gran cantidad de personas que había en el lugar.
Además, un grupo armado secuestró a siete conductores de camiones y los ejecutó cerca de la zona de Al Magdadiya, 40 kilómetros al noreste de Baquba, capital de Diyala, según las fuentes.
Cerca de la ciudad de Mosul, capital de la provincia de Nínive, al norte de Bagdad, al menos seis soldados murieron y otros diez resultaron heridos por la explosión de varios artefactos al paso de una patrulla del Ejército iraquí.
Mientras, en la capital, esta nueva oleada de atentados dejó al menos 29 muertos y 87 heridos.
Ocho personas perdieron la vida y otras 20 resultaron heridas por la explosión de dos coches bomba en el barrio de Al Huseiniya, en el noreste de Bagdad.
Los coches bomba dejaron también víctimas mortales en la zona de Shaala (noroeste), donde murieron ocho civiles y 23 resultaron heridos; en la calle Sanaa (centro), seis muertos y doce heridos; y en la plaza de Al Andalus, en el centro de Bagdad, con cinco muertos y nueve heridos.
Un suceso parecido se registró en la zona de Al Duyail, en el norte de Bagdad, donde murieron cuatro personas y tres sufrieron heridas.
Además, cuatro personas murieron y catorce resultaron heridos por el estallido de un coche bomba en la zona de Shaab, en el noreste de la capital; al tiempo que se registraron tres muertos y ocho heridos en un atentado similar en la zona de Al Obaidi (este); y cuatro muertos y once heridos en la zona de Al Sadr (este).
Tres personas murieron y 15 resultaron heridas tras la explosión de un coche bomba en otro mercado popular, Shalal, también en el noreste de Bagdad, y otros dos más fallecieron en el zoco de Abidi, en el este, por un artefacto explosivo.
Además, hubo doce heridos en un atentado en la calle Falastin, en el este de Bagdad.
Por último, un oficial de la Policía iraquí murió tras la explosión de una bomba adherida a su vehículo en Zaafarin, en el sudeste de Bagdad.
Los atentados contra civiles y las fuerzas de seguridad se han disparado en el último año en Irak, en medio de una fuerte crisis política entre la minoritaria comunidad suní y el Gobierno central del primer ministro, el chií Nuri al Maliki.