Las ráfagas de viento en el oeste de Inglaterra y en Gales superaron los 160 kilómetros por hora durante la noche, según la agencia meteorológica británica, y se mantuvieron las advertencias de graves inundaciones para gran parte del sur y el oeste de Reino Unido.
Un hombre de unos 70 años murió supuestamente electrocutado después de que un árbol derribara unos cables eléctricos en Wiltshire, dijo la policía, mientras que la Asociación de Redes Energéticas, que representa a las eléctricas, informó de que unos 130 mil clientes se quedaron sin luz el miércoles por la noche.
Hay partes del suroeste de Inglaterra que llevan semanas inundadas, en el febrero más húmedo en casi 250 años, y algunas zonas junto al río Támesis, al oeste de Londres, también han sufrido inundaciones.
Los servicios de emergencias informaron del rescate de más de 850 personas de sus casas a lo largo del Támesis en Surrey desde el domingo, mientras el río continúa creciendo a sus niveles más altos, en algunos lugares desde hace más de 60 años.
El tiempo ha causado importantes alteraciones en el transporte, con el cierre de autopistas y puentes, y la cancelación de muchos trenes.
El primer ministro, David Cameron, ha prometido que "el dinero no es problema" en las tareas de asistencia, mientras se teme que el mal tiempo aún no haya pasado. El oficial del Ejército que encabeza este esfuerzo lo ha calificado de "una crisis natural casi sin precedentes".
El meteorólogo Charlie Powell dijo que se espera una mejora de las condiciones para este jueves, aunque durante el fin de semana podría haber un tiempo más "húmedo y ventoso".