En declaraciones a los periodistas al llegar a Toluca para participar en una cumbre del NAFTA con sus colegas de México y Canadá, Obama dijo que Estados Unidos está siguiendo "muy de cerca" la situación en Ucrania.
El mandatario agregó que coincide con sus socios europeos y la comunidad internacional en que "habrá consecuencias si la gente sobrepasa la línea", en una clara alusión a los planes de sancionar a Ucrania.
Mientras su secretario de Estado norteamericano, John Kerry, discutía esta opción en París, en la misma ciudad el presidente francés, Francois Hollande, y la canciller alemana, Angela Merkel, se reunieron para consensuar la posición de la UE antes de la reunión de emergencia de cancilleres mañana.
"Los que cometieron esos actos violentos, los que se preparan a cometer otros actos violentos deben saber que serán sancionados", advirtió Hollande en conferencia de prensa. "Europa apoyará una transición democrática", agregó el anfitrión.
Desde Londres, el primer ministro británico, David Cameron, también se sumó al coro europeo de condenas y advertencias contra el presidente ucraniano Viktor Yanukovich, un hombre al que sus opositores califican como un aliado de Rusia.
"No debería tener dudas de que el mundo está mirando sus acciones y que aquellos responsables de la violencia rendirán cuentas", aseguró el premier en un comunicado.
En París, Kerry dejó en claro que Washington está dispuesto a sumarse a las sanciones europeas.
"Estamos hablando sobre la posibilidad de sanciones u otros pasos para crear una atmósfera de compromiso. Nuestro deseo es que el presidente Yanukovich una a la gente, dialogue con la oposición y encuentre una forma de compromiso para poner los intereses del pueblo de Ucrania primero", explicó el secretario de Estado.
Sin embargo, ni Kerry ni los líderes de las principales potencias europeas revelaron qué tipo de sanciones podrían ser aprobadas.
Mientras los líderes europeos y Obama deciden si sancionan al gobierno ucraniano, la jefa de la política exterior europea, Catherine Ashton, envió hoy a Kiev al canciller polaco, Radoslav Sikorski, para tratar de acercar a oficialismo y oposición y evitar una nueva escalada de la crisis política que ya lleva tres meses.
Desde París, el canciller francés Laurent Fabius adelantó que él y su par alemán, Frank-Walter Steinmeier, se sumarán a Sikorski mañana en Kiev y se reunirán con el gobierno y los líderes de la oposición.