Las religiosas fueron recibidas en el barrio de Al Qasaa en la capital siria por las autoridades eclesiásticas.
Las mujeres fueron puestas en libertad ayer por sus secuestradores en una operación que duró casi nueve horas, según explicó anoche la madre superiora, Blayaa Sayyaf.
Durante el proceso, el grupo rebelde que las tenía secuestradas las entregó en la frontera al director de la Seguridad General libanesa, Abás Ibrahim.
Tras su liberación, las monjas fueron llevadas dentro del Líbano antes de regresar a territorio sirio.
Las monjas desaparecieron del convento de Santa Tecla durante la toma por los rebeldes de la población de mayoría cristiana de Malula, al norte de Damasco, el 2 de diciembre pasado.
El régimen sirio acusó a “terroristas“, como denomina a los opositores, de haber secuestrado a las religiosas, que posteriormente fueron trasladadas a la localidad de Yabrud, al norte de la capital siria y cerca de la frontera con el Líbano.
Ibrahim subrayó anoche que una de las condiciones impuestas por los secuestradores para liberarlas era la puesta en libertad por parte de las autoridades sirias de 150 personas presas en cárceles gubernamentales.
El régimen del presidente sirio, Bachar al Asad, no ha anunciado por el momento la excarcelación de esas 150 personas.