habitantes, situado cerca del aeropuerto internacional de Galeao, en un punto estratégico de la ciudad y controlado por facciones rivales de narcotraficantes.
Sus 15 favelas bordean las principales rutas de acceso que conectan el centro de Rio con los suburbios de esta ciudad, de 6,3 millones de habitantes y que totaliza 12 millones con toda su poblada área metropolitana.
Por estas rutas transitarán decenas de miles de turistas durante el Mundial de fútbol, que comienza en Brasil en 70 días, y también durante los Juegos Olímpicos de Rio-2016.
La ocupación militar de estas barriadas humildes será realizada por dos mil 50 hombres de la Brigada de Infantería paracaidista, 450 de la Marina y 200 de la Policía Militar (PM).
La fuerza aérea podrá ayudar "si es necesario", indicó el jueves el general Ronaldo Lundgren a la prensa.
El domingo pasado, justo antes del amanecer, unos mil 500 policías y militares apoyados por 15 vehículos blindados y helicópteros ocuparon en 15 minutos y sin resistencia este feudo del narcotráfico.
La llegada de los militares a la Maré este sábado, a una hora aún no revelada, prevé la utilización de coches blindados del ejército y la marina, además de vehículos de transporte y logística, motocicletas y aeronaves.
La ocupación militar continuará hasta el 31 de julio, o incluso más si así lo solicita el gobernador de Rio al gobierno federal.
"Estamos listos para continuar", subrayó el general Lundgren. "Estamos autorizados a patrullar, inspeccionar hogares y hacer arrestos", agregó.
Desde 2008, con miras al Mundial de fútbol y los Juegos Olímpicos de 2016 en Rio, las autoridades han ocupado decenas de favelas e instalado 38 Unidades de Policía Pacificadora (UPP), que vigilan 174 de estas barriadas pobres, con un personal de 9.500 efectivos.
El objetivo de las autoridades es instalar la 39ª UPP en la Maré en el segundo semestre, con unos mil 500 policías.
La violencia ha retornado en los últimos meses a estas favelas. Ocho policías fueron asesinados en lo que va del año en Rio, cuatro de ellos en áreas "pacificadas".
La población también reclama tras las ocupaciones, por violencia cometida a veces por los propios policías, algunos acusados de torturar y matar a habitantes.