Buzos buscan en Océano Índico cajas negras del vuelo MH370

 

Angus Houston, el mariscal de la fuerza aérea australiana retirado que dirige la búsqueda en la costa de ese país dijo que los hidrófonos usados por el barco Ocean Shield no han encontrado rastros de la señal detectada el sábado y el domingo. La detección de esas señales hizo albergar esperanzas de que estaba por concretarse un avance en la búsqueda.

Encontrar las cajas negras pronto es importante porque las baterías de las radiobalizas tienen un periodo de vida de un mes —el martes se cumple un mes de la desaparición del vuelo. Una vez que las balizas se apaguen será sumamente difícil, si no es que imposible, localizar las cajas negras en aguas tan profundas.

“No ha habido más contactos con transmisión alguna y necesitamos continuar la búsqueda por varios días hasta el momento en que no haya duda de que las baterías se han agotado”, dijo Houston.

Si para ese momento los hidrófonos de la Marina de Estados Unidos que son arrastrados por el barco australiano no han recogido ninguna señal se enviará un submarino que tratará de ubicar cualquier resto de accidente en el lecho marino. Si el submarino identifica una zona donde haya restos la tripulación remplazará el sistema de sonar con una cámara para fotografiar cualquier escombro.

Además es vital percibir las pulsaciones porque es la única manera de circunscribir el área lo suficiente para poder enviar un submarino que escudriñe el lecho marino. Si se suelta un submarino con los pocos datos que se tienen ahora, escudriñar un área tan amplia tomaría días.

Los comentarios de Houston contradijeron una declaración previa del primer ministro australiano en funciones, Warren Truss, quien dijo que las cuadrillas de búsqueda lanzarían el vehículo autónomo submarino Bluefin 21 el martes.

Un vocero de Truss señaló que la contradicción se debió a un malentendido y que éste reconocía que el submarino no será usado inmediatamente.

El localizador de sonidos detectó el sábado por la noche y el domingo por la mañana dos sonidos distintivos y de larga duración similares a los que emiten las cajas negras de los aviones —la grabadora de parámetros de vuelo y la grabadora de las conversaciones en la cabina de mando_, dijo Houston.

“Esta es la pista más positiva y estén seguros de que la seguiremos con vigor”, dijo el ministro de Defensa David Johnston.

Sin embargo, las autoridades advirtieron que podrían pasar varios días antes de saber si los sonidos pertenecen al avión perdido que se desvaneció el 8 de marzo cuando volaba de Kuala Lumpur, Malasia, hacia Beijing con 239 a bordo.

“Es un trabajo hercúleo, que se lleva a cabo sobre un área muy, muy extensa, donde el agua es muy profunda”, dijo Johnston. “Tenemos varios días de actividad muy intensa por delante”.

Houston dijo que ubicar el sonido otra vez es crucial para reducir el área de búsqueda antes de usar el submarino. Si el vehículo es enviado con la escasa información de la que se dispone actualmente le llevaría “muchos días” recorrer todos los sitios de donde pudieron provenir los sonidos.

“Literalmente se trata de gatear en el fondo del mar por eso va a tomar mucho tiempo”, dijo Houston.

Pese a la expectación creada por la detección de sonidos por parte del Ocean Shield, Houston advirtió que la búsqueda ha estado marcada por pistas falsas, por ejemplo, que los barcos han detectado sus propias señales. Debido a eso no se puede enviar a otras naves a ayudar porque pueden sumar ruido no deseado.

“Tenemos esperanzas de que encontraremos más pruebas que confirmarán que la aeronave está en esa posición”, dijo Houston. “Aún hay ciertas dudas pero estoy más optimista de lo que estaba hace una semana”.

El Ocean Shield arrastra un detector de sonidos sumergido a una profundidad de 3 kilómetros (1,9 millas). Está diseñado para detectar señales en un rango de 1,8 kilómetros (1,12 millas) lo que significa que necesita pasar por encima de las grabadoras para detectarlas si éstas se encuentran en el lecho marino que está a un profundidad aproximada de 4,5 kilómetros (2,8 millas).

Entretanto en un hotel de Beijing, se intensifica la angustia de los familiares de los caídos en el avión, que eran en su mayoría chinos.

Una familia colocó velas en una torta en conmemoración del que hubiera sido el 21er cumpleaños del pasajero Feng Dong, quien trabajaba como obrero de la construcción en Singapur y viajaba a China vía Kuala Lumpur. La madre de Feng lloraba al soplar las velas.

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