El balance oficial de la tragedia es ahora de 58 muertos; 244 personas siguen desaparecidas, la mayoría adolescentes, y 174 pudieron ser rescatadas.
Poco antes de la medianoche local, los submarinistas rompieron la ventana de una cabina de pasajeros y sacaron los tres primeros cuerpos. Los tres llevaban puestos chalecos salvavidas, dijo el responsable, y precisó que dos eran masculinos y el sexo del tercero todavía no pudo ser confirmado.
Otros cuerpos fueron recuperados en las horas siguientes y los equipos de socorro siguieron trabajando en la zona del ferry, que naufragó el miércoles a la altura de la costa meridional coreana, según el responsable de los guardacostas.
Los cuerpos se colocaron en tiendas de campaña en la isla de Jindo, donde parientes de los pasajeros del ferry acampan en un gimnasio desde el naufragio, para tratar de identificarlos y luego pedir a los familiares que lleven a cabo la identificación oficial.
Al igual que algunos familiares, cuyos llantos se oían desde afuera de la tienda, algunos policías que vigilaban el lugar también lloraban.
En el momento del accidente, el comandante confirmó que no estaba al mando del barco. Al timón se encontraba un miembro de la tripulación, apodado "Jo", de 55 años, a las órdenes de la tercera oficial, una mujer joven que nunca había navegado por ese sector difícil.