El ataque ocurrió la víspera en la ciudad de Kirkuk, en el sector de al-Wasiti, en el occidente de la ciudad, ubicada en una región rica en petróleo.
Los milicianos en Irak a menudo atacan licorerías y burdeles como parte de su intento por imponer su interpretación estricta del Islam.
En el 2013 la violencia sectaria se cobró la vida de nueve mil personas, según reportes de la Organización de las Naciones Unidas (ONU).