El gobierno de Sierra Leona declaró el estado de emergencia en el distrito de Kailahun, en el este del país, ordenó el cierre de escuelas, a partir de este jueves, y prohibió cualquier reunión pública, para contener el brote del virus del ébola.
La medida fue declarada la víspera, luego de que el Ministerio de Salud y Saneamiento informó que fueron confirmados 46 casos de la enfermedad y otros 122 sospechosos en el oriental distrito, ubicado cerca de la frontera con Liberia, otra de las naciones afectadas.
En un comunicado, la Presidencia de la nación africana informó que como parte de la lucha para contener el mal, el Ministerio de Salud y otras dependencias, departamentos y organismos pondrían en acción una serie de medidas urgentes, que entraron en vigor este jueves.
Entre las estrategias, las autoridades sierraleonesas ordenaron el cierre temporal de todas las escuelas de Kailahun, luego de que un niño de nueve años perdió la vida a consecuencia del mortal virus, que ha causado 26 muertes en Sierra Leona.
“Todas las escuelas del distrito de Kailahun se cierran con efecto inmediato”, subrayó la declaración gubernamental, tras destacar que el Ministerio de Educación, Ciencia y Tecnología hará los arreglos para que los estudiantes no sean afectados y presenten después sus exámenes.
Las autoridades también ordenaron que todos los vehículos y sus pasajeros que entran y salen del distrito de Kailahun sean sometidos a pruebas clínicas en los distintos puntos de control que se establecerán para tal efecto, según un reporte del sitio All Africa.
“Para reducir al mínimo el riesgo de transmisión de persona a persona, el gobierno ordena la prohibición de todas las reuniones públicas, incluyendo en cines, centros de actividades culturales y clubes nocturnos de Kailahun”, destacó.
Las autoridades también exhortaron a la población a reportar cualquier persona que presente síntomas de la enfermedad en sus respectivas comunidades, a fin de que sean atendidas de inmediato.
Exigieron que todos los decesos en todo el país sean reportados y certificados por un profesional de la salud autorizado antes del entierro; el cual también sebe ser bajo la supervisión del personal de salud.