judía, el territorio israeli-palestino ha estado en constante conflicto social, político, ideológico e incluso religioso.
La Declaración de Balfour fue una carta firmada por el entonces Ministro de Exteriores, Arthur James Balfour dirigida al barón Lionel Walter Rothschild, líder de la comunidad judía en la Gran Bretaña, con el fin de impulsar el diseño de un nuevo territorio de asentamiento judío en la región, sin consulta ni petición de los árabes residentes.
La posibilidad de la creación de un nuevo Estado judío en Oriente Medio, serviría como aliado en la región, en la Primera Guerra Mundial y ayudaría a proteger las líneas de comunicación con la India. El colonialismo británico dejó atrás severas crisis sociales y religiosas que no tuvo animos de contener ni de pactar. Fue hasta 1948, cuando Israel pudo ser Estado de Derecho y reconocido por la comunidad internacional, principalmente por las potencias anglosajonas.
A partir de este momento, los árabes asentados han sufrido expulsión del territorio, asinamiento y extrema violencia. La Franja de Gaza es lo único verdaderamente palestino que queda. Los colonos israelitas se extienden y avanzan cada día más desde la Guerra del Yom Kipur, controlando aún los Altos de Golán. No existe voluntad política entre Netayanhu y Abbas ni entre las potencias ni la ONU.
No hay comparación entre un ejército y el otro. No es lo mismo Hamas, un grupo semiterrorista con poco material bélico que el israelí que es apoyado militar y armamentísticamente por Estados Unidos. La operación Borde Protector iniciadael 7 de julio como respuesta a una serie de misiles lanzados en Gaza, ha matado 170 muertos y 1200 civiles heridos, todos ellos palestinos.
No se trata de victimizar ni de responsabilizar a nadie. Sucede que la ONU, la Liga Árabe y la comunidad internacional hacen oídos sordos, se inmutan ante el indecoro de la violencia, la destrucción y la muerte. Palestina está deseperadamente sola, incauta en su opresión y desposesión. El Holocuasto no puede servir eternamente como medio para reponer lo sufrido para un asentamiento judío “a forciori” en contra de la voluntad de los palestinos. Ambos pueblos son semitas, por lo tanto, merecen paz, reconocimiento y justicia. La comunidad internacional aún está en deuda con Palestina.
@RobViesca
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