consignas de evacuación", declaró a la prensa el responsable de la agencia gubernamental de gestión de desastres, Alexander Pama.
En el marco de una operación bautizada "cero víctimas", el gobierno evacuó a cerca de 400.000 personas antes de la llegada del tifón Rammasun al archipiélago, en la noche del martes.
Pero decenas de filipinos murieron como consecuencia de caídas de árboles o postes eléctricos. El balance podría aumentar a medida que se restablezcan las comunicaciones con las zonas más afectadas, especialmente en el este del país, advirtió Pama.
Filipinas sufre cada año el azote de unas veinte tormentas fuertes, muchas de ellas mortíferas. El archipiélago de Filipinas es la primera masa terrestre que encuentran los tifones nacidos por encima de las cálidas aguas del Pacífico.
El tifón Haiyán dejó 7.300 muertos a su paso por el este del país en noviembre pasado.
Rammasun azotó el este de Filipinas el martes, antes de llegar a Luzón, la isla principal del archipiélago, y luego continuar hacia el oeste (Mar de China meridional).